Por segundo año consecutivo, la pandemia por Covid-19 apagó las celebraciones que se realizaban habitualmente cada 3 de mayo en construcciones, obras negras y predios en preparación.
Esto para celebrar el tradicional Día de la Santa Cruz, cuando los albañiles y personas que realizan alguna obra civil colocan una cruz adornada en lo más alto de la obra, suspenden labores un poco antes de lo habitual y conviven tanto con sus compañeros como sus patrones.
Previamente, en algunos casos, hacen sonar algunos petardos que anuncian el 3 de mayo, fecha en que países del mundo se conmemora la fiesta de La Santa Cruz, cuya tradición popular tiene sus orígenes muy antiguos en Jerusalén y se sigue festejando en varios pueblos de habla hispana.
Sin embargo, en esta ocasión fueron pocos los que tuvieron la oportunidad de adornar la cruz y colocarla, debido principalmente a la falta de trabajo.
“No hay chamba”, señala Jorge Jesús Hernández, uno de tantos albañiles que desde hace meses no han tenido la oportunidad de ser contratados en una obra en construcción.
Por ello, algunos como él incluso se tienen que dedicar a otro tipo de trabajo como actividades de plomería.
Con más de 40 años como albañil, don Jorge comenta que nunca había visto una situación como la que se vive desde el año pasado, ya que tampoco en esa ocasión pudo festejar por falta de trabajo.
Nacido en Pichucalco, Chiapas, pero criado en Villahermosa, indica que el oficio lo aprendió cuando prestaba sus servicios en el Ejército.
“Estuve en un batallón y ahí aprendí”, expresa.
Aunque desde hace meses no utiliza la cuchara ni la pala, manifiesta que ha tenido que hacer otras actividades para poder subsistir.
“Con lo de la pandemia, no hay chamba, de ninguna, nada ni para la papa sale, ni para celebrar en esta ocasión tuvimos”, argumenta mientras espera en un parque de Villahermosa ser contratado como plomero.
Ya tengo mucho que trabajo en albañilería, pero por la falta de trabajo tuve que aprender plomería, además en este momento están pagando poco, por lo que hay muchos que prefieren no trabajar
Y es que a decir de don Jorge Jesús, actualmente un obrero de la construcción o albañil pide de 400 a 500 pesos por día, pero la gente no quiere pagar también por la falta de ingresos.
Como él, muchos no pudieron celebrar este 3 de Mayo, aunque en otros casos quienes tienen trabajo tampoco pudieron sumarse a los festejos como en años anteriores, ya que la prioridad en este momento es seguir cuidándose de la pandemia.
Don Jorge agrega que espera que cuando pase esta emergencia puedan volverse a darse los festejos de antes, cuando los patrones o dueños de la construcción paraban la obra antes del mediodía y les obsequiaban alguna comida o tacos, mientras que los mismos albañiles se cooperaban para los refrescos o cervezas.