La casona de los Pérez, parte del Cunduacán contemporáneo

Cuatro generaciones han habitado esta imponente propiedad que se ubica en el centro histórico del municipio; sus primeros propietarios fueron hacendados

Alejandro Landeros | El Heraldo de Tabasco

  · jueves 28 de enero de 2021

Ha sido utilizada como set fotográfico y para grabación de videos musicales. Fotos: Alejandro Landeros | El Heraldo de Tabasco

Cunduacán, Tabasco.- Majestuosa se erige la construcción en el centro histórico de este municipio. Se trata de “La casona de los Pérez”, un inmueble lleno de pasajes e historias con más de un siglo de haberse edificado.

La imponente propiedad, ubicada en la calle Simón Sarlat, forma esquinas con Hidalgo y Madero, y es parte del viejo Cunduacán.

Con sus columnas de casi 8 metros de altura, sus tejas de barro, sus ventanas, puertas enormes y sus herrerías de antaño, este edificio es un referente en la denominada “Atenas de Tabasco”.

Lo mismo ha sido escenario para set fotográfico, grabación de videos de discos, que motivo de visitas de turistas nacionales y uno que otro extranjero.

Incluso hubo la propuesta de compra para instalar un museo ahí, sin embargo, la propiedad es una herencia familiar y por ahora no está a la venta.

“Es el valor estimativo”, sostiene Hernán Pérez Hernández, nieto de Hernán Humberto Petronilo Pérez Torres, conocido popularmente como don Nancha, un agricultor trabajador y ahorrativo.

Hay quienes sostienen que por eso era durísimo con los centavos y pesos.

PERTENECIÓ A LA FAMILIA CRUCES

La vieja casona, según varias versiones, inicialmente perteneció a la familia de hacendados apellidados Cruces- hoy sus hijos y nietos dueños de la mayoría de las agencias de autos en Villahermosa-, oriundos del ejido La Chonita y con descendencia en la cabecera municipal.

Por ejemplo, la famosa hacienda de la “Chonita” todavía existe y en ese lugar actualmente se ofrece el servicio de baños en temazcal y tratados de la piel a base de barro.

El patriarca de esa familia en ese entonces (1950) Sergio Cruces ofreció a don “Nancha” la propiedad, debido a que ellos habían decidido emigrar a San Juan Bautista (Villahermosa) en busca de mejores condiciones de vida.

La propiedad se vendió en cinco mil pesos, allá por los años 50.


Después de un intenso cabildeo se acordó el precio de cinco mil pesos de aquellos tiempos por la compra venta del inmueble, los cuales se convino liquidarlos en tres pagos.

Don Nancha en esa época tenía su hacienda denominada “El Carmelo” de más de 400 hectáreas, que hoy ocupa parte del Periférico de la cabecera municipal y el ejido La Alianza, y hoy la casa tiene más de 100 años de haberse construido.

“Ni los más fuertes sismos, que se han registrado han logrado dañar su estructura.”, dicen.

En efecto, el movimiento telúrico en septiembre de 2020, no logró dejar huella en su estructura.

“Al día siguiente de ese movimiento revisé las paredes, columnas y nada le hizo. Y eso que estuvo fuerte el sismo”, recuerda Pérez Hernández, hijo mayor de Guadalupe Pérez Torres y Concepción Hernández de Dios.

"Esta vivienda la hicieron con lo mejor de lo mejor", añade en plática con El Heraldo de Tabasco.

EDIFICADA EN LAS PRIMERAS DÉCADAS DEL SIGLO XX

La construcción al parecer fue levantada entre los años 1910 y 1920, consta de 10 columnas de un diámetro de casi 50 centímetros, y sus medidas van de 18.20 metros de frente por 21 metros de fondo.

El patio consta de 30 metros de fondo por 23 de ancho, de acuerdo al plano de la propiedad.

Aunque al principio la propiedad abarcaba toda una cuadra, de la calle Hidalgo hasta la Madero, debido a que don Nancha, profesaba la religión evangélica prebisteriana, donó una fracción considerable para el levantamiento de la iglesia la Luz del Mundo y repartió entre sus hijos algunos predios, que ellos al final vendieron.

Hoy la casona es habitaba por la tercera generación de los Pérez.

¿QUIÉNES SON AHORA SUS PROPIETARIOS?

Oficialmente son tres: Yadira y Hernán Humberto Pérez Soto (hijos de Hernán Pérez Hernández) y Rafael Martínez de Escobar Pérez (hijo de Clarita Pérez Hernández).

Hernán y Clarita son hijos de Guadalupe Pérez Torres, quien a su vez fue el primogénito de Hernán Humberto Primitivo Pérez don “Nancha”.

La casona fue dividida en tres fracciones, cada una para los bisnietos.

Al inicio del actual gobierno municipal hubo una propuesta de compra para la instalación de un museo para el municipio, sin embargo, su venta quedó descartada. Es una herencia de sus antepasados.

HISTORIA Y MISTICISMO

La casona de los Pérez no sólo tiene más de un siglo, en sus entrañas guarda historia de la post revolución, relacionadas con los grupos armados rebeldes y con la persecución religiosa.

Por ejemplo, en una de las protecciones de las ventanas- por el frente de la calle Simón Sarlat- todavía permanece rasgado uno de sus barrotes por el impacto de un “mauser” entre rebeldes atrincherados en el terreno, donde actualmente está edificado el jardín de niños “Josefina Ramos del Rio”, y otros en lo que es el parque central, cerca de la parroquia de la Natividad. Es huella del fuego cruzado, en aquellos tiempos los rebeldes asaltaban las haciendas, saqueaban y se llevaban a las señoritas.

EL PASADIZO SECRETO

El cambio de un piso de la cocina, en el ala derecha de la vivienda antigua, realizado por José Ángel Suárez en 1960, cuando realizaban los trabajos de repente provocó un hundimiento hasta formar un socavón profundo.

Entre temerosos y escépticos, con lampara y machete en mano descendió “Chago” y quizás por la oscuridad o algún gas acumulado no aguanto y salió de nuevo.

“Eso está feo”.

El subterráneo de casi medio metro de altura iba en línea recta rumbo a la parroquia de la Natividad y otro brazo se dirigía a la calle Hidalgo. Se cree que en la época de Tomás Garrido cuando perseguían a los religiosos y quemaban las imágenes, pudo ser utilizado para protegerlos o escapar por esos pasadizos secretos que conectaban a la casona con la iglesia de la Natividad.