21 de agosto de 1973: Una fecha que los habitantes de Frontera, Tabasco, no olvidarán. Hace 51 años, el huracán Brenda, de categoría uno, tocó tierra en esta localidad, dejando a su paso devastación y caos.
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Inicialmente, los primeros avisos indicaban que Brenda se dirigiría a Ciudad del Carmen, pero un cambio inesperado en su trayectoria lo llevó directamente a Frontera. Ese año era el último de Homero “El Chato” Pedrero Priego como presidente municipal, el cual al ser informado del desvío del fenómeno meteorológico, se apresuró a alertar a los frontereños sobre el inminente peligro. La tarde de ese fatídico martes, las autoridades estatales y municipales utilizaron la radio para advertir a la población que Brenda se acercaba rápidamente a Centla.
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En aquella época, la mayoría de las casas en Frontera eran de madera con techos de teja de barro, algunas de láminas de zinc y muy pocas de ladrillo o concreto. No existían los medios de comunicación actuales, habían voceros que hacían anuncios al pueblo, don Carlos Toache lo hacía con su carro de sonido; recorrió las calles alertando a la población. Sin embargo, muchos ignoraron las advertencias, y cuando comprendieron la magnitud del huracán, ya era demasiado tarde.
Esa noche, una intensa lluvia comenzó a caer. Las autoridades locales no podían dar abasto para refugiar a las personas desplazadas de las comunidades ribereñas y costeras. Habitantes como doña Ena Ibarra y don Vicente Álvarez “El Palomo” abrieron sus hogares para hospedar a los afectados, ya que no existían albergues ni presupuesto para auxiliar a la población.
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Con la ayuda de camionetas y carros, muchos trasladaron a personas de comunidades cercanas como Rovirosa, La Victoria y La Estrella, zonas de alto riesgo debido a su proximidad al mar. El puerto de Frontera vivió horas de pánico, con vientos que superaron los 130 kilómetros por hora, derribando postes de luz, techos, árboles y anuncios.
Según datos oficiales, 452 casas fueron destruidas, 10 personas perdieron la vida y 2 mil quedaron sin hogar. Las inundaciones fueron las peores en 25 años. Brenda es recordado como el huracán más violento de los últimas cinco décadas, superando en fuerza a huracanes posteriores como Gilberto, Opal y Roxana.
Los abuelitos aún recuerdan esa noche catastrófica que comenzó a las 11 de la noche del 21 de agosto y se extendió hasta las 6 de la mañana del miércoles siguiente. Una noche triste y trágica que marcó la historia del puerto de Frontera.
Con información de: Plácido Santana, cronista municipal de Centla / detabascosoy
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