Opuesto a toda lógica, el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador salió prácticamente corriendo de su querido Macuspana, luego de que los pobladores de Villa Benito Juárez y otras localidades se la pasaron abucheando y lanzando consignas en contra del alcalde Roberto Villalpando Arias, del propio gobernador Adán Augusto López Hernández y en general de la cuarta "transformación".
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Llegó muy contento al encuentro con sus paisanos para presidir el acto de anuncio de varios proyectos de urbanización y reunirse con los pueblos originarios, sin embargo no soportó el repudio de la gente hacia los titulares de los gobiernos estatal y municipal por no dar los resultados esperados a más de un año de gestión.
En un primer momento se molestó porque no dejaban de reprobar la presencia y la mala administración de Villalpando Arias, regañando a la multitud para que se callara.
Tampoco le gustó que los "sancarleños" le hayan dicho en su cara que no hubo borrón y cuenta nueva, que todo fue un fraude. Más aún cuando en más de tres ocasiones preguntó y la respuesta de la gente fue negativa.
-¿Hubo borrón y cuenta nueva?
-¡Noooooooooooooo!
Pero la gota que derramó el vaso fueron los desplantes, reclamos, rechiflas y abucheos contra el mandatario estatal, quien por esta razón sólo alcanzó a dar un breve mensaje menor a los cuatro minutos, sobre los avances en el tema de las tarifas eléctricas.
En su momento, advirtió que si no cesaban los ataques al jefe del Ejecutivo Estatal y al alcalde, procedería a retirarse, de hecho se despidió al señalar: "fue un gusto haber estado con ustedes".
No obstante, se detuvo y terminó con su discurso y conminó a la población a respetar a sus autoridades.
