Milagro de Día de Reyes en el parque La Paz de Villahermosa

Para un pequeño vendedor de dulces, la sorpresa llegó cuando tenía que llegar, porque las mejores historias del mundo se toman su tiempo

Ángel Vega | El Heraldo de Tabasco

  · jueves 7 de enero de 2021

Los Reyes Magos llegaron. Fotos: Captura

La que están a punto de leer es una historia auténtica del Día de Reyes... sucedida en 7 de enero. Pero no es de ningún modo una historia tardía, porque, como ustedes sabrán, las mejores historias del mundo se toman su tiempo y ocurren puntualmente, en su momento, justo cuando deben ocurrir.

Eso sí, comenzó siendo una historia triste, de acuerdo a uno de sus dos protagonistas; Rucho 'N', trabajador de una empresa de inventarios, soltero de 49 años, sin hijos, y choco de corazón. Un hombre que a los 10 años de edad se enteró, por accidente, de la verdadera identidad de los Reyes Magos, cuando en la víspera descubrió el escondite en el que sus padres tenían reservados los regalos.

Sin embargo, esta vez, Rucho 'N' tendría la oportunidad de otorgarle a alguien más la magia que él perdió en su temprana niñez.

El otro protagonista, es un niño que, usando una canasta y un banquito, se dedica a vender dulces y cigarros sueltos por las calles de Villahermosa.

El 6 de enero, Rucho escribió en su muro:

"Resulta que llegué al parque de La Paz para esperar transporte y en mi espera vi a una joven vende dulces con dos niños (de 3 años y 6 años cada uno, aproximadamente); el niño mayor iba y venía, jugando solo en el parque, y en una de esas que se alejó y se perdió de vista, llega un chavo y le regala un carro de plástico, sencillo pero de buena fe, al niño más pequeño (que estaba con la joven vende dulces).

"Cuando me percaté, ya se había retirado el chavo sin saber que había otro niño que andaba jugando dentro del parque (y antes de que empiecen a criticar que por qué no le avisé que faltaba un niño, les diré que la verdad fue todo muy espontáneo y rápido).

"En eso, el niño mayorcito se acerca y ve que le habían dado un juguete al más pequeño, y entonces empezó a buscar con ilusión y desesperación quién había sido, para ver si también a él le daban algún juguete...

El pequeño es uno de los tantos que se encuentran en los parques trabajando como vendedores de dulces.

"Se dio dos vueltas al parque, en vano. La verdad se me estrujó el corazón (porque déjenme les digo que sí tengo), y al ver la carita de decepción del niño, no pude más y me levanté con la intención de ver dónde podía encontrar un juguete económico, pues siendo honesto, ando en números rojos.

"Pero la mala suerte estaba conspirando contra ese niño. Como ya eran más de las 17:00 horas, ya estaba cerrado casi todo, y a los que están vendiendo en la calle sólo les quedaban uno que otro juguetito para niñas y armas de juguete. La verdad, nunca he compartido la idea de comprarle ese tipo de juguetes a los niños, llámenme anticuado, si quieren.

"En fin, me encaminé hasta el parque Juárez y con alegría vi que una conocida tienda estaba abierta: entré rápido para encontrar algún juguete. Y cuando estaba viendo cuál comprarle al niño, que se me acerca una empleada y me dice: lo siento, ya no podemos vender juguetes por el horario, sólo artículos esenciales.

"Me sentí triste por el niño. En eso, que veo la maquinita dispensadora de peluches, y me dije: a ver si de casualidad saco uno para regalárselo al pequeño...

El milagro.


"¿Y qué creen? ... ¡Que me saco un muñeco a la primera!

"Me emocioné como nunca, y corrí de regreso al parque La Paz para darle el muñeco al niño... tristemente, hasta ahí llego mi emoción, por que ya no encontré a la joven vendedora de dulces con los niños. Me sentí triste".

Hasta ahí su publicación del 6 de enero, a la que tituló al pie:

"Historia triste de día de Reyes, real (Me acaba de pasar)"

La historia habría quedado ahí, de no ser porque el día de hoy, Rucho 'N', quien en entrevista exclusiva con El Heraldo de Tabasco confiesa que fue de los niños que dejaban cartas a los Reyes, junto con vasos llenos de leche, regresó para tratar de encontrar al pequeño...

Y lo logró.

"Me emocioné al ver al niño feliz", dice al compartir con El Heraldo un video del emotivo momento. "Sólo grabé ese pedacito por que me dio pena que fueran a pensar que lo hacía para sacar algún provecho", finaliza.

El niño se quedó jugando con el muñeco. En el video se alcanzan a escuchar algunas palabras que pronuncia en tzeltal o tzotzil, tal vez. Y Rucho, su benefactor, reflexiona:

"(Estos pequeños) son explotados, y a veces eso provoca que uno mismo les niegue alguna ayuda, porque no se sabe qué pasa realmente con eso que uno da".

Pero en esta ocasión, no hay pierde: gracias a él, un humilde niño tuvo su milagro del Día de Reyes.