Un hombre de color realiza una serie de peripecias llevando en brazos a su pequeña hija en busca de unas monedas para comer.
Sobre la avenida Paseo Tabasco, esta persona, indocumentada, camina pidiendo la ayuda. Dice que desde hace meses abandono su país; la idea de llegar al “otro lado”, dice se desvanece, pero no le queda otra que continuar. Sobrevivir.
Entre los carros que hacen fila esperando a que el semáforo cambie a verde, el hombre camina entre ellos con una bolsa de tela muy colorida, pidiendo unas monedas. Mientras deambula entre los autos su hija se apoya en uno de sus hombros, puede que esté durmiendo o simplemente recostada.
Por lo menos, el clima no es tan caluroso como en otros días, las lluvias que en otras partes de Tabasco están inundando comunidades, le permiten a este hombre pedir unas monedas sin que el sol lo castigue tanto.
Se detiene un rato a platicar con un motociclista no sabemos que si le dio algo o no, pero es un hecho que algo conversaron, sólo ellos sabrán que se dijeron.
El individuo sigue su andar y al mismo tiempo, mueve la cabeza en dirección de las ventanillas de los carros, a ver si alguien le da una “pequeña caridad”.
Así, la lente de esta casa editorial capta a padre e hija seguir en sus asuntos, mientras siguen en ese “mar” de autos.