La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) reportó la muerte de otro interno en Tabasco por posible contagio de Covid-19, por lo que ya suman cinco los decesos sospechosos en centros penitenciarios de la entidad.
De acuerdo a su último reporte, con corte al 25 de mayo, el organismo situó a la entidad tabasqueña en el segundo lugar nacional en defunciones de reclusos sospechosos a coronavirus, solo por debajo de Baja California, que tiene 18 decesos.
El informe de la CNDH también precisó que a la fecha se han confirmado que cuatro personas privadas de su libertad fallecieron a causa de la pandemia.
La actualización del monitoreo nacional detalla que han sido 177 los casos confirmados acumulados presentados a nivel nacional, se tiene a 120 sospechosos, se han presentado 37 defunciones, mientras que 63 internos se han recuperado tras dar positivos a Covid-19.
De acuerdo a la información proporcionada el estado de Jalisco es la entidad con mayor número de contagios en sus cárceles, con 96. Cabe destacar que el mes de mayo, inició con dos casos y en la segunda semana del mes de mayo , llegó a cuatro contagios por Covid-19.
La CNDH informó que hubo casos de sospechosos llegaron de 15 a 18 días en cuarentena, y se han recuperado más de 12 internos en la primera parte del mes.
MOTÍN EN EL CRESET; FALLECE UN INTERNO
Más de 200 internos de las secciones 1 y 2 del edificio 9 sentenciados arremetieron contra el cabo general y lo asesinaron a cuchilladas y garrotazos, además de herir a parte de su comitiva.
El Ataque contra Gamaliel “N”, conocido mejor por el mote de “La Lagarta”, ocurrido al filo de las 14:00 horas.
Fue producto de una serie de abusos que en contra compañeros presos, debido a que en calidad de “Cabo General”, perpetraba atropellos que iban desde la exigencia de dinero para “protección” hasta torturas.
Durante el ataque, resultaron heridos parte de su personal y gente de confianza de sobrenombres, El Gatito, El Sandy, El Cuadrado, Amaranto, Iván "N", Cáncer, "Munra", y Koyac, salvándose a quienes llaman Nacajuca, Mena y Silva, pues, estos, presuntamente, se pusieron a salvo durante el ataque masivo.
Los responsables del asesinato del Cabo, Gamaliel, de acuerdo a datos, acusaron no tolerar más abusos por parte de este hombre y sus personeros; no soportaron más, el cobro de cuota, el derecho de piso, las constantes “coperaciones” de no saben qué; de dineros para medicamentos, y hasta para lo que los “jefes de arriba” pedían.
No soportaron más la tortura llamada “La Silla” a la que muchos fueron sometidos; según, sentaban al interno, y lo golpeaban sin misericordia; garrotazos, golpes, patadas, cachetadas, y todo por protestar; por exigir el cese a tanto acoso; a tanta exigencia de dinero; tras el castigo físico, acababas haciendo la talacha.
Presuntamente, la confabulación de acabar con todo este tipo de abusos del que autoridades penitenciarias se hacen de la vista gorda, se planeó el ataque de muerte contra el cabo que finalmente se consumó en el lugar.
Se sabe que los internos de las dos secciones del área de sentenciados, específicamente del edificio 9, en donde viven en 28 celdas alrededor de 220 gentes, definitivamente hacinadas, planearon el ataque y lo consumaron a las 14:00 horas.
Asesinaron a golpes, garrotazos y cuchilladas al llamado “La Lagarta” y dejaron malheridos a sus secuaces. Luego del asesinato, según informes, llevaron a los heridos y al muerto a la malla perimetral y los entregaron.