Pese a la pandemia, la tradición de las velitas se mantiene, y a menos de 25 días de la celebración del Día de Muertos la producción se realiza a marchas forzadas para llegar a los hogares.
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Desde hace 13 años don Ausencio de la O Peralta comenzó a realizarlas, en la ranchería Jiménez en Nacajuca, y hasta esta fecha, pese a las adversidades, mantiene la producción de las velitas de cebo como son conocidas normalmente.
Con el paso de los años el proceso ha cambiado, ya que anteriormente la familia recolectaba durante todo el año la grasa de res, pero al aumentar su precio, lo mejor fue comprar botes con grasa procesada en fábricas.
Don Ausencio comenta que el proceso lleva varias horas de trabajo, ya que a los botes con grasa se les agrega la parafina para curar la grasa y así las velas agarren grosor y dureza.
Una jornada de trabajo inicia desde las 4:00 de la mañana y termina a las 18:00 horas. Actualmente trabajan siete integrantes de la familia aunque hace algunos años eran más, “Antes eran como 11 personas entre pura familia, hace algunos años antes de la pandemia hacíamos de 18 a 20 mil velitas ahorita solo hace de 8 a 9 mil".
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Detalla que el año pasado fue el más difícil, ya que no solo subieron de precios los insumos, sino también, se dio el cierre de los panteones, lo que mermó los ingresos de la familia.
Este fin de semana nuevamente se trabajó arduamente para seguir con la producción masiva de velitas, mismas que concluirán hasta el 2 de noviembre, para dar paso a un breve descanso y pensar en el 2022.