Ante la crisis económica y de desempleo que se vive en el Estado, los tabasqueños están recurriendo a una ayuda celestial a través de santos como San Charbel Makhlouf, que pese a no ser tan popular, está teniendo protagonismo los últimos meses, indicaron esotéricos del mercado provisional "José María Pino Suarez".
¡Oh glorioso santo!, bienaventurado san Charbel, llamado por Dios para vivir en soledad, consagrado por amor solo a Él, y que con penitencia y austeridad, e inspirado por la luz de la Eucaristía, llevaste tu cruz con paciencia y abandono, ilumina con tu inmensa fe nuestro camino, y con tu aliento fortifica nuestra esperanza; es la primera estrofa de la oración a este santo, al cual los villahermosinos le están pidiendo principalmente el trabajo deseado, apertura en los comercios y dinero.
Y es que esotéricos explicaron que a san Charbel se le puede pedir cualquier cosa, no obstante, en los últimos tres meses han tenido un repunte en la venta de sus imágenes de todos los tamaños, y oraciones encaminadas a la prosperidad monetaria.
“Sirve para lo que uno le pida, para los milagros, para el trabajo, para el dinero, para abrir puerta en el comercio, en la suerte, en el trabajo”, indicó la señora Margarita Reyes, comerciante de productos esotéricos en el comercio El Trébol.
Anexó a este medio de comunicación que hace muchos años este santo era muy conocido, y sus celebraciones son el 24 de diciembre, sin embargo, luego se dejó en el olvido hasta hace apenas unos meses, cuando los tabasqueños comenzaron a preguntar por él y a realizarles sus respectivas oraciones.
"Antes era muy conocido, luego dejo de ser buscado pero en este año lo están pidiendo mucho para la cuestión del dinero", puntualizó.
San Charbel fue un monje católico libanés que vivió en el siglo XIX, a los veintitrés años abandonó su hogar y entró al monasterio de Nuestra Señora de Mayfuq, tomando el nombre de un mártir Sirio, Charbel.
Se le conoció como un hombre muy devoto al catolicismo que vivió como religioso de la Orden Maronita (de San Marón) en el convento de Annaya, durante gran parte de su vida.
Tuvo una vida ermitaña, dedicada a la oración, al silencio pero sobre todo al trabajo. Trabajaba en los campos del convento para ganarse el pan.
Luego de fallecer, San Charbel tomó reconocimiento ya que su cuerpo permaneció intacto, como si hubiese sido momificado durante un largo período de tiempo y eso fue considerado un milagro; es a partir de allí que las personas recurren a su tumba a hacer peticiones por pan y trabajo.