Llegar a la Pascua con un corazón limpio, puro y agradable ante los ojos de Dios, después de la pasión y muerte de Jesús, pide la Iglesia a la feligresía en este tiempo Cuaresma.
Al hacer referencia a la mujer que salvó Jesús de ser apedreada por los fariseos acusada de adulterio, Monseñor Gerardo de Jesús Rojas López enfatizó que son tiempos de perdón y arrepentimiento.
Jesús es el que realiza la novedad. Primero hace caer en la cuenta a los acusadores de que nadie está libre de pecado. Sus palabras han quedado en la sabiduría popular: “El que esté sin pecado que tire la primera piedra”. Lástima que las apliquemos tan pocas veces en nuestra vida.
Y luego, una vez que los acusadores han desaparecido Jesús pronuncia la palabra de Dios sobre la mujer. Pero no es la que los acusadores esperaban, una palabra de condena sino que es una palabra de perdón, de acogida, de cariño.
"Nos acercamos a la Semana Mayor, a la Semana Santa y la liturgia nos va encaminando a la condena de Cristo, hoy en el Evangelio trataron de sorprender a Jesús, pero no lo consiguieron, no lograron su cometido de dañar a María y al nazareno.
Estamos -dijo- en este tiempo de Cuaresma, tiempo de conversión, de penitencia y arrepentimiento, vamos a escuchar que durante la Pascua se comía pan ázimo, sin levadura, pan limpio, pan de Díos.