Se realizó en Tabasco el Primer Simposium Regional " Mamá, Papá ¡Mi felicidad es Primero!" en el Centro Internacional de Vinculación y Enseñanza (CIVE) de la UJAT, mismo que consistió en una jornada de participación social para exponer temas de importancia como es el derecho de los niños de vivir en una vida plena y que los procesos familiares les afecten en la menor medida posible.
Entre las conclusiones se acordaron legislar temas trascendentales para la niñez tabasqueña, relacionados con la obligación a la crianza de los padres respecto a sus hijos.
Además de los efectos de la alienación parental en la vida de los menores y la adquisición del perfil idóneo por parte de todos los actores que participan en los procesos de índole familiar, a efectos de propiciar una cultura que garantice el respeto al interés superior del menor.
Los ponentes abordaron temas que como la Obligatoriedad de la certificación de los juicios familiares, Obligación de la Crianza, Efectos Alienación Parental, Papá, Mamá, mi felicidad es primero, Educar para la vida y Derechos de los niños.
El evento fue organizado por la Comisión de Educación del Congreso Local que preside el diputado del partido Verde, Carlos Mario Ramos Hernández.
El Simposium estuvo dirigido a padres de familia, maestros, psicólogos, abogados, fiscales, jueces, magistrados, procuradores de la defensa del menor, autoridades estatales y federales, organizaciones de la sociedad civil, y en general, a todas las personas interesadas en la protección integral de los derechos de la infancia y la juventud.
Otro de los temas importantes que se abordaron fueron el Síndrome de Alienación Parental (SAP), que consiste en un conjunto de comportamientos distintivos que fueron mostrados por niños que supuestamente habían sido manipulados psicológicamente para mostrar miedo injustificado, falta de respeto u hostilidad hacia el padre, la madre u otros miembros de la familia, típicamente, por el otro miembro de la familia y durante las disputas por la custodia de la descendencia.
Sin embargo, el SAP ha sido rechazado como entidad clínica por las dos instituciones más reconocidas en el mundo en términos de salud y trastornos mentales: la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Americana de Psicología.