Para Argelia "N", dedicada a la venta de flores (rosas, girasoles y demás), con o sin Covid-19, la vida sigue y la familia tiene que comer, de tal suerte que no se puede dar el lujo de no trabajar un día por la pandemia.
"La necesidad nos obliga a salir a la calle a vender, ese es nuestro trabajo, lo que nos mantiene y si no llevamos dinero a la casa no comemos", puntualizó.
"Imagínate si ya estamos en crisis y no echamos a la hamaca, nos morimos de hambre si no damos golpe", sostuvo Bartolo "N", mientras empuja su triciclo cargado con artículos de limpieza que vende a diario en colonias de la capital tabasqueña.
Expuso que las ventas han ido de mal en peor, pero es mejor trabajar para sacar unos cien o doscientos pesos "pa' llevar, aunque sea frijolitos a la familia".