Luis Gustavo "N", un niño de 11 años que no tiene padres, que trabajaba abriendo y cerrando las puertas de una tienda de conveniencia.
Señala que de esa forma logra obtener algo de dinero para comer.
Narra que vive en una casa del Centro de la ciudad de Villahermosa donde le dan un lugar para dormir.
Dice que su jornada de trabajo inicia a las 8 de la mañana y con las monedas que les dan las personas que entran a comprar productos la va pasando.
Para él no hay Día de Reyes, Día del Niño o regalos en Navidad, pero a pesar de todo no pierde las ganas de superación pues afirma que desea estudiar.
Nos revela que no todas las personas que entran a comprar le regalan alguna propina, algunos hasta se enojan cuando estira su mano y les pideb que lo ayuden con algo.
Narra que tiene muchos sueños y que prefiere trabaja y vivir con lo que gana.
Y sí, está es la cruda realidad de nuestro querido Tabasco, de nuestro México, donde deambulan por las calles un innumerable número de niños.
El Módulo de Trabajo Infantil de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en una reciente encuesta, señala que Tabasco se encuentra entre las diez entidades con más índice de ocupación laboral en niños menores de 14 años.
La Ley Federal del Trabajo en México establece una pena de 1 a 4 años de prisión y de 250 a 5 mil días de multa para los empleadores que contraten a menores de 15 años.
Pero esto no aplica pues muchos menores se ven en la necesidad de trabajar, en unos casos fueron abandonados por padres irresponsable y en otros son huérfanos. Es un triste y cruda realidad.