De acuerdo con la Asociación Aldea por los Niños, el 20 por ciento de los niños que trabajan en las calles y son víctimas de la explotación infantil, son migrantes provenientes de países de Centroamérica, principalmente Guatemala.
Son colocados a vender toda clase de artículos y de paso pedir un peso a la gente en los cruceros de Ruíz Cortines y Paseo Tabasco, la glorieta Framboyanes que se ubica en Usumacinta y el periférico Carlos Pellicer, algunos de ellos también están siendo víctimas de trata de personas.
Alejandra Arias Gómez, presidente de la Asociación, precisó que esta situación se da mayormente en las comunidades con alto índice de marginación y lamentó que hasta el momento, el actual gobierno del estado no haya implementado políticas públicas para abatir esta problemática.
De tal forma, que en Villahermosa cada día que pasa, más personas de origen centroamericano se apoderan de los cruceros para pedir limosna o vender algunos objetos de manufactura casera sin que la autoridad los asegure y deporte.
Operativos y más operativos “antimigrantes” realiza el Instituto Nacional de Migración (INM) en territorio nacional, particularmente en los estados de la frontera sur como Tabasco y Chiapas, peor no han logrado regularizar la situación de los migrantes y de los niños que los acompañan..
Se desconoce exactamente cuántos extranjeros se encuentran mendigando en el estado pues eso compete a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), instancia que debe determinar la situación legal de estas personas que diariamente se ven por las calles y cruceros de la ciudad, afirmó el subsecretario de Asuntos Fronterizos y Migración y Derechos Humanos del gobierno el estado, José Ramiro López Obrador.
Desde que Estados Unidos endureció su política migratoria, familias enteras de migrantes han hecho suyas las calles y avenidas, encontrando refugio debajo de los puentes a desnivel o peatonales donde habilitan viviendas temporales con cartón y bolsas de plástico.
De acuerdo a la Unidad de Política Migratoria, durante 2019 más de 16 mil migrantes fueron asegurados en la entidad, lo que refleja que el flujo no se ha detenido a pesar de la “vigilancia” en las fronteras.
Sin embargo, una vez que entran, muchos no encuentran los medios para seguir su camino hacia Estados Unidos, por lo que optan por quedarse en Tabasco, que poco a poco va dejando de ser un estado de "paso".
La presencia de indocumentados se ha extendido hacia los municipios más cercanos a Centro, tales como Nacajuca y Cárdenas donde se concentran justo en las zonas de topes para acercarse a las unidades para pedir dinero a sus tripulantes.
Muchas de estas personas llevan varios años mendigando y comiendo incluso de la basura, no cuentan con una visa humanitaria que les permita trabajar y permanecer de forma legal en México.
Ingresan a Tabasco extranjeros de Honduras, Panamá, El Salvador y Guatemala.
Pero de alguna manera cuando salen y ven truncado el “sueño americano”, deciden tomar las calles para pedir dinero excusando que están fuera de sus países de origen y no tienen para comer.
La autoridad migratoria no actúa contra ellos bajo el argumento de que no se les puede remitir, deportar o poner a disposición de la autoridad por mendigar y para no incurrir en una violación a sus derechos humanos, pese a que algunos llegan a ponerse agresivos y representan un riesgo para los connacionales.
López Obrador, indicó que muchos migrantes están en esa condición mientras esperan que se les autorice una solicitud de refugio.
Precisó que tan sólo en lo que va del año se han recibido 500 solicitudes, cifra muy superior al registro que se tiene del 2019.
Los que vemos en la calle es porque tienen solicitud de refugio. El año pasado en todo el país se recibieron 70 mil solicitudes