Intercambios de pareja en Villahermosa sobreviven a la sana distancia

Los grupos que practican el intercambio de pareja endurecieron sus reglas como admitir gente que tenga su prueba Covid negativa o el documento que avale que se vacunaron que adaptarse y otros desaparecieron

Ángel Vega | El Heraldo de Tabasco

  · martes 27 de julio de 2021

Fotos: Iván Sánchez | El Heraldo de Tabasco

En cierto sentido, son un grupo de visionarios: hasta antes de la pandemia, los swingers (personas que practican el intercambio de parejas, generalmente matrimonios) tabasqueños solían ser sumamente cuidadosos con la higiene personal. Sus reuniones se realizaban en domicilios particulares, previo llenado de ciertos requisitos, tanto de las parejas, como de los "singles" (los solteros, hombres o mujeres solos que se unen a tríos), en los que no padecer enfermedades venéreas, usar siempre preservativos, ser educados y poseer cierto nivel de solvencia económica eran tan sólo los básicos. Después del 2020, todo se complicó.

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"En el 2020 todo el ambiente estaba realmente denso. Había mucho miedo", dice Raúl 'N', devoto practicante y organizador de fiestas en las que incluso se practica el sexo grupal, y en donde los asistentes son parejas liberales, cuckold (marido que le gusta que su mujer tenga relaciones completas con otros hombres (corneador) y donde él no participa sexualmente) así como otras denominaciones.

Para quien piense que esta forma de tener intercambio íntimo es "rara" o "inusual", basta tirarse un clavado en la profunda fosa de las redes sociales para darse cuenta de la realidad. Y es que en Tabasco, existen algunos grupos que desde hace algunos años vienen funcionando con más o menos éxito en sus convocatorias, donde la finalidad es "la diversión entre adultos que ejercen libremente su sexualidad", como señala Raúl.

"Sé de varios grupos. Algunos, como el nuestro, no tienen otro objetivo más que pasar un rato agradable y distinto entre parejas, pero otros son un verdadero negocio. Hay que tener cuidado, porque he sabido de algunos que son sólo fachadas para la prostitución. Nadie te dice nada, hasta que ya vas de salida y te pasan la cuenta. Pero bueno, hay de todo", señala en breve entrevista con El Heraldo de Tabasco.

Luego de la llegada de la pandemia por Covid-19, varios de estos grupos desaparecieron, y hasta la fecha siguen sin reunirse. Los que quedan endurecieron sus medidas de seguridad y sus reglas, que ya de por sí eran bastante rígidas.

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"No nos arriesgamos ni arriesgamos a nuestras parejas sexuales. Si antes de la pandemia ya exigíamos mucha higiene personal y nos reservábamos en derecho de admisión, imagínate ahora. Sólo admitimos gente limpia, sana, que tenga su prueba Covid negativa, sin síntomas ni malestares de ninguna especie al momento de unirse a la fiesta, y recientemente, que nos muestre el documento que avala haberse vacunado", dice este hombre de 53 años, comerciante y padre de dos hijos, ambos mayores de edad.

Por su parte, Yadira 'N', mujer casada y asidua al grupo que lidera Raúl, afirma que hasta antes de la pandemia el miedo a las ETS (Enfermedades de Transmisión Sexual) los obligaba a ser sumamente selectivos, pero después de que los decesos por Covid-19 comenzaron a hacerse masivos, ella y su marido decidieron dejar de "jugar" a los intercambios, cosa que no practican el uno sin el consentimiento del otro, y nunca fuera del ambiente. "Vamos a dejar algo bien claro, además. Nuestro código es este: no somos infieles, compartimos sexo, no amor. Y la salud, la seguridad y el respeto es prioridad".

Raúl añade: "Dentro del ambiente nos sentimos seguros. Las casas donde se hacen las fiestas están sanitizadas, todo el mobiliario también. Cuando alguien llega le tomamos la temperatura, la oximetría... para calentar el ambiente organizamos juegos, hay bebidas como premio, dinámicas que ayudan a que las parejas, sobre todo los nuevos, entren en confianza. Pero indiscutiblemente, la cantidad de asistentes ha bajado desde el año pasado, y es la fecha que no se recupera".

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Interviene Yadira: "Cierto. Nosotros dejamos de swingear y de frecuentar el ambiente. Es hasta recientes fechas que estamos de nuevo atreviéndonos a venir, pero sólo de "voyeurs" (observadores). No nos metemos al playroom (cuarto donde generalmente se practica el sexo grupal), porque ahí hay más riesgo de contagio, en todo caso. Por ahora vemos de lejitos, cachondeamos con todo mundo, pero sin llegar al coito, y ya excitados, sólo lo hacemos entre nosotros. Ya después veremos si mi esposo y yo regresamos al full swap (intercambio completo) de parejas", finaliza.