Se levantaron muy temprano a trabajar con sus padres en los cruceros para poder llevar el sustento diario a casa, pero cuán grande fue su sorpresa al ser visitados en plena jornada laboral por los Reyes Magos cargados de juguetes para todos.
Pequeños dedicados a vender golosinas o limpiar parabrisas –entre niñas y niños- pensaron que este 6 de enero tampoco recibirían un regalo; tampoco se dieron el tiempo para hacer sus “cartitas”.
Sin embargo, almas caritativas provenientes del medio oriente en un gesto de amor y hermandad total dejaron sus actividades para llevarles alegría a través de carritos, muñecas, peluches y otros juegos que evidentemente disfrutaron en el mismo lugar donde se ganan la vida.
El momento de felicidad fue completo para ellos porque algunos automovilistas se detuvieron para ofrecerles una moneda sin tener que dar a cambio un “franelazo” al vehículo ni vender una paleta de dulce o chicles.
Caso particular del de Juanito, quien no daba crédito a lo que veían sus ojos al recibir un camioncito de volteo con chofer y todo, con el que dijo, recorrería las calles de terracería de su colonia.
En contraste, muchos otros niños pudieron disfrutar de los juguetes que encontraron al pie del árbol o de sus camas, aunque fueron muy pocos los que visitaron los parques o sitios de esparcimiento para jugar con sus bicicletas, patinetas y carros eléctricos o mecánicos.
De última hora, muchos “reyes magos” aún buscaban los juguetes ideales para los llamados reyes del hogar, hurgando en las ofertas o promociones de las jugueterías o tiendas departamentales en el centro de la ciudad.