La pandemia de coronavirus no ha respetado estratos sociales, edades, religión ni profesión, y el medio periodístico no ha sido la excepción porque también ha registrado sus bajas con la triste partida de compañeros entrañables como Franklin Espinoza May, quien murió hace exactamente un mes.
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En su caso particular, a diferencia de otras personas fallecidas por la misma causa, sus familiares han decidido no levantar un altar en su nombre por el día de muertos, porque "está muy reciente y todavía duele mucho".
Elemento de la llamada "vieja guardia" (comunicadores de hace dos o más décadas), Espinoza May se inició como reportero en su juventud, pero pudo lograr su sueño de convertirse en abogado, combinando sus dos pasiones.
En la vida política es recordado porque en 2015 protagonizó una huelga de hambre en la sede estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en protesta porque se pretendían imponer candidatos para las elecciones locales, y acusó que el tricolor era "una cueva de ladrones, de corrupción y de mentiras”.
Prácticamente hasta sus últimos días estuvo al frente de su periódico digital "Cronómetro", del que fue director general y que le dio muchas satisfacciones, sobre todo en el ámbito profesional.
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Todo marchaba sobre ruedas, continuaba trabajando y tomando las medidas preventivas contra el Covid-19, sin embargo, en la segunda semana del pasado mes de septiembre se contagió y tuvo que ser hospitalizado.
Desafortunadamente su estado se agravó y fue intubado, y al final lo venció la mortal enfermedad el 14 de ese mismo mes. Sus restos yacen en una tumba del Recinto Memorial de Villahermosa.
"No vamos a recordarlo por medio de un altar porque lamentablemente las personas más cercanas a él, que somos nosotros, su familia, no nos sentimos con ese ánimo", indicó su hijo Franklin Espinoza Melchor.
Dijo que por el momento, prefieren guardarlo en la memoria junto a su legado tanto como litigante como periodista.
Comentó que muchos de los amigos de su padre han empezado a preguntar vía mensajes de WhatsApp si habrá rezos, tamales y demás en su honor, pero la respuesta es no, porque su partida aún es muy reciente y el sentimiento está a flor de piel.
Sus hijas lloran al traerlo a colación en las pláticas familiares, además que su última pareja sentimental podría ver afectada su deteriorada salud.
No obstante, los hermanos están platicando para decidir si le llevarán una ofrenda floral al sitio donde descansa en paz.
Espinoza Melchor, quien siguió los pasos de su papá en la labor informativa, comentó que meses antes de su muerte, llevaba sus casos de litigio y estaba muy activo en redes sociales, donde había iniciado un noticiero y empezaba como youtuber.
Al comunicador y abogado le sobreviven ocho hijos, producto de tres matrimonios, quienes lo recuerdan como un buen padre y excelente persona.
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Era costumbre en él -expuso- mandarnos mensajes para saber cómo estábamos, en lo personal casi no nos veíamos, pero en cualquier oportunidad nos sentábamos a tomar el café y platicar de política y otros asuntos.
Insistió en que toda la familia está muy dolida porque no esperaban que su progenitor de origen yucateco, partiera tan pronto al viaje sin retorno.