En pleno Tabasco 2000, donde se refleja la modernidad del estado, vive Silvestre “N”, un ciudadano que vive desde hace algunos meses debajo del puente desnivel, espacio que se ha convertido en su hogar.
De 56 años y oriundo del Estado de México, llegó a Tabasco hace 11 años, con el paso de los años dejó de trabajar y se ha dedicado a recolectar chatarra la cual vende para obtener unos cuantos pesos.
Comenta que al vivir en este lugar prefiere que el clima sea fresco, pues los calores no lo dejan dormir.
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