Con rezos, los tradicionales tamales, mole, estofado pozol y algunos otros antojitos celebraron ayer las familias tabasqueñas el día de la Virgen de la Candelaria, una fecha que se considera la conclusión del periodo navideño.
Un ejemplo de la devoción por estas festividades celebradas el 2 de enero, de acuerdo con el calendario católico, es la señora Arcadia Ortiz Méndez, avecindada en la villa Luis Gil Pérez del municipio de Centro.
En compañía de Sebastiana Jiménez de Villegas (su nuera), inicia desde muy temprano los preparativos para la elaboración de la comida que degustaron los invitados a la celebración.
A decir de la jefa de la familia Villegas Ortiz, el festejo es ya una tradición familiar de hace más de cien años, pues son ya varias generaciones las que han venido rezando en esta “Fiesta de Las Candelas o La Fiesta de La Luz”, relacionada también con la presentación del Niño Dios en el templo de Jerusalén.
Por supuesto, apoyadas por vecinas de la comunidad y familiares, prepararon el relleno y la masa para finalmente envolverlos en hoja de plátanos y ponerlos al fuego para finalmente servirlos calientitos a los asistentes.
Dos rezos se realizaron este sábado a la virgen, uno a las 11 de la mañana y otro a las 2 de la tarde, en el altar expresamente arreglado para la ocasión, luciendo dos floreros en cada flanco y uno justamente sobre la imagen de la patrona.
Origen de la festividad
La fiesta de la Candelaria surge en el Oriente nombrado el “Encuentro” que unos años más tarde está tradición se fue extendiendo hacia el Occidente durante el siglo VI y después hasta Roma y así hasta llegar a cada parte del mundo que fue adoptando esta costumbre.
Se celebra cada 2 de febrero de acuerdo al calendario católico y de un pasaje de la biblia donde hace mención de que en esta fecha se presenta al Niño Dios o bien al Niño Jesús ante el Templo de Jerusalén y a la purificación de María, esto según el cumplimiento de las predicciones del antiguo testamento.
Aunque también esa fecha los mexicanos se preparan para comer y disfrutar de los ricos tamales, acompañado de una bebida muy tradicional en nuestro país como el atole, luego de haberles salido el “muñequito” al partir la rosca de reyes.