Rogelio “N” era trabajador de Petróleos Mexicano, derechohabiente que recibe atención médica en el Hospital Regional Villahermosa. Él, al igual que 69 personas más, es uno de los pacientes de hemodiálisis que ha sufrido los estragos que le dejó la heparina contaminada, y que le ha derivado en otros padecimientos, sin que personal del nosocomio pueda diagnosticarle qué tiene, y por lo cual sólo experimentan con su salud.
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El petrolero es uno de los sobrevivientes de lo que él llama el “heparinazo”, quien ha vivido un verdadero calvario por los padecimientos que sufre a raíz del deterioro de su salud, luego de que en una de sus sesiones de hemodiálisis, personal del Hospital de Pemex utilizara heparina sódica contaminada. Esta situación ocurrida en el 2020, provocó que 14 personas perdieran la vida, en tanto que otras 69 sufrieron daños en su salud en detrimento de su calidad de vida, sin que hasta el momento la empresa haya cumplido con la indemnización de los familiares de las víctimas, a como denunció en días pasados una de las agraviadas.
“No hay modo que me detecten qué es lo que tengo”
Rogelio “N” explicó: “Desde que sucedió lo de la heparinazo, es que hemos estado deteriorados todos. Yo ahorita tengo 15 días internado aquí en el hospital, y no hay modo de que me detecten qué es lo que tengo”.
Acusa que presenta dolor en una parte del estómago, sin embargo, el personal médico sigue experimentando con él. En un inicio le extirparon la vesícula, porque los doctores aseguraban que sus malestares se debían a problemas en este órgano; sin embargo, sus padecimientos no mejoraron ni disminuyeron.
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“No sé hasta cuándo me van a tener aquí así. Ahorita ya la mitad de mi cuerpo no me funciona, estoy todo entumido; no sé por qué pero la columna se me está deteriorando”, señaló el afectado, a quien a diario le practican estudios y no le dan un diagnóstico preciso del mal que le aqueja.
Rogelio asegura que el día que ingresó al nosocomio lo hizo caminando, pero ante las condiciones en las que se encuentra actualmente, no tiene la certeza de que pueda salir de la misma manera.
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“Puro muchacho experimentando es lo que hay aquí nomás; no hay un médico que se haga responsable de todo”, concluyó el denunciante.
Leonides, otras de las víctimas de la heparina contaminada
Otra de las derechohabientes de Pemex que sobrevivió luego de que durante su hemodiálisis le suministraran la heparina contaminada es Leónides “N”, habitante de El Cedro, Nacajuca, quien llevaba una vida activa y normal; trabajaba haciendo y vendiendo tamales, además de que caminaba y veía bien.
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Sin embargo, los médicos le diagnosticaron que sus riñones estaban dañados, lo que motivó a que comenzara a tomar hemodiálisis en el hospital de la petrolera, siendo una de las desafortunadas pacientes a las que se les suministró la sustancia en mal estado.
A raíz de eso, también sufrió un deterioro en su salud y calidad de vida, al grado que su cuerpo se fue encogiendo al grado de ocupar una cuna de bebé, además de que sus extremidades superiores e inferiores se adelgazaron; actualmente, la señora permanece en su domicilio, y cuando requiere de su hemodiálisis, Pemex envía una ambulancia que la lleve y la traiga.
Las mentiras de Octavio Romero
Fue en 2020 en que la exparaestatal se vio envuelta en el escándalo, luego de que el personal médico hiciera uso de un lote de heparina sódica contaminada para suministrar a los derechohabientes que recibían tratamiento de hemodiálisis en el Hospital Regional Villahermosa.
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Esta negligencia cobró la vida de 14 personas, y dejó serias secuelas en 69 pacientes más, muchos de los cuales han ido falleciendo a lo largo de estos años, producto de los estragos a su salud.
Y en ese contexto, en días pasados el director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, aseguró que los familiares de las personas afectadas ya habían recibido la indemnización correspondiente, lo cual fue desmentido por una de las agraviadas, la señora Ulda Antonio, quien aseguró que nadie ha recibido tal pago, y que la empresa sólo respondió por los gastos funerarios de sus seres queridos, a como lo hace con cualquier derechohabiente fallecido por causas naturales, pero hasta ahí.
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La afectada denunció además que presuntamente la empresa petrolera emprendió acciones de acoso en contra de los agraviados, a quienes la Fiscalía General del Estado estaría citando a comparecer para investigarlos, cuando ellos sólo son víctimas de la situación.
El esposo de la señora Ulda falleció en octubre de 2020 luego de resultar afectado por el suministro del fármaco en mal estado; sin embargo asegura que, contrario a lo que afirmó su director Octavio Romero Oropeza, Pemex sólo le otorgó apoyos para gastos funerarios, pero no ha recibido ninguna indemnización de su parte, al igual que el resto de los familiares de los agraviados.
Yo no sé qué pasa, no sé a quién están protegiendo (…) La otra vez agarraron a una persona según culpable y lo soltaron enseguida, no sé por qué, a quién están protegiendoAntonio Enriquez.
Recriminó el hecho de que el entonces director del nosocomio, José Luis Oramas Vargas, haya comprado productos “patito” para suministrarlos a los enfermos. “Eso no tiene nombre. Todavía hay muchos pacientitos que están mal, pero lo que queremos es justicia; y quisiera que llegara esa carta a las manos de ese señor, para que se dé cuenta de que a nosotros no nos engaña. No sé por qué dijo eso, qué hueso andará buscando, pero está mintiendo”, concluyó Ulda Antonio.