A sus 11 años de edad, Emmanuel García Pérez desconoce los alcances del término “Amparo de la Justicia Federal”. También desconoce acerca de situaciones relacionadas a los términos procesales, la integración del debido proceso, presunción de inocencia, sentencia condenatoria y libertad absoluta.

Pero de lo que sí está convencido es de que la fe mueve montañas, y que aun en un sistema de justicia penal como el mexicano, en ocasiones los milagros existen, sobre todo cuando faltan 17 días para la navidad. “Es un milagro que pueda ver a mi papá”, señala el pequeño, quien cursa el sexto grado de primaria, mientras espera, afuera del Cereso de Macuspana, que su padre Gonzalo García Pérez, sea puesto en libertad junto con Héctor Muñoz Muñoz y Juan Luis López García.

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Los tres jóvenes fueron conocidos por la opinión pública debido a la serie documental Duda Razonable, que este jueves logró demostrar que aun con los cambios en el sistema de justicia penal, aún prevalecen fallas y vicios en la aplicación de justicia en México.

¡”Sí se pudo, sí se pudo”!-, es el grito que se escucha en las inmediaciones del penal ubicado en la colonia Centro del municipio de Macuspana. Esto luego de que se diera a conocer el fallo de los once ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que concedió el amparo libre y llano a los detenidos, ordenando su liberación inmediata.

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Lo que se dieron después fueron porras, gritos, risas, llanto y abrazos entre los familiares de los imputados y de los integrantes del equipo que formó parte de su defensa legal. Apartado un poco de la euforia, el pequeño Emmanuel parece pasar desapercibido para algunos, pero reconoce que tiene una profunda alegría que no sabe cómo explicar. “Gracias a Dios ya podré estar con mi padre y abrazarlo”, comenta.

Señala que en los 7 años que su padre estuvo preso, tuvo pocas oportunidades de verlo en prisión. “Sí lo vi, pero era por ratitos y no podía estar más tiempo con él”, manifiesta. Sin embargo, a sus 11 años muestra una enorme templanza al momento de dar un consejo a los niños que como él tienen a sus padres pagando una pena. “Que sean fuertes, que Dios los puede amparar”, expresa.

Ganó la justicia; ganamos todos

Los abogados defensores, Andrés Andrade Téllez, Iker Ibarreche y Alberto Magaña Ovando, no pudieron tampoco ocultar su euforia y entusiasmo.

“Yo llegué a este caso finales de octubre del 2016, llegué con el afán de ayudar, con el afán de poner un granito de arena en el tema de justicia, no estaban las cámaras todavía, yo no conocí al director del documental, las cámaras llegan en febrero del 2017, posterior a ello fue que se dio todo el equipo”, comenta el abogado Alberto Magaña Ovando.

Por su parte, Iker Ibarreche, señaló que el documental lo que dio a conocer a la sociedad fue un caso dramático de injusticia y de violación a los derechos fundamentales, además de Darwin quien salió antes pero también estuvo en esta historia.

“Esto demuestra que todos podemos ser víctimas de un sistema de justicia, pero nunca debemos dejar de luchar contra el sistema; hoy ganó la justicia, ganamos todos”, agrega. Por su parte, los familiares de los jóvenes no ocultaron su alegría por la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. “Ahora queremos una película, una novela de ellos”, manifiesta una de las familiares.

-Eso háblalo con Roberto, ataja enseguida otro de los abogados, quien agrega que con este fallo se determina que prácticamente no hubo delito alguno.

Agradecen a Dios sobre todas las cosas

Adela Hernández, madre de uno de los jóvenes, agradeció el trabajo de los abogados, pero ante todo a Dios ya que sin su ayuda esto no hubiera sido posible. “Siento una felicidad que no se ni como expresarla, estoy feliz; mi esposo está enfermo, pero ya con su hijo libre se pondrá mejor”, indica. Asimismo, comenta que agradecen a Dios sobre todas las cosas sobre todo porque podrán estar juntos en las fiestas de navidad y año nuevo:

“Sí, primero Dios, mientras Dios nos tenga sanos con vida, lo que haya lo vamos a hacer”, argumenta. Los minutos corren y fue exactamente a las 3 de la tarde con 8 minutos cuando luego de cumplir algunas formalidades Gonzalo García Pérez, Héctor Muñoz Muñoz y Juan Luis López García pudieron respirar el aire de la libertad y vieron sus ojos inundarse con la luz del sol.

“Es como empezar de nuevo, es una nueva vida, haz de cuenta que estoy haciendo, ha sido un regalo”, comenta Juan Luis. Tras recibir los besos y abrazos de sus seres queridos, confiesa que lo primero que hará al llegar a su casa será darse un buen baño y descansar.

“Parece un sueño todo esto”, expresa emocionado. Mientras que para Gonzalo, esta será una oportunidad de comenzar una nueva vida y echarle ganas. “A mí me ayudó mucho pertenecer a una iglesia, realmente estar en las cosas de Dios te hace estar fuerte y soportar muchas cosas”, menciona.

Finalmente, Héctor comenta que aunque se siente feliz por dejar el penal, sin duda hay cosas que echará de menos. “Aquí se valoran muchas cosas hasta cuando no tiene uno nada, a veces afuera renegamos por las cosas, pero acá valoras todo”, señala.

De esta forma, por casi una hora el exterior del Cereso de Macuspana, se transformó en un sitio de algarabía, donde se dieron tiempo para tomarse fotos, intercambiar teléfonos, convivir entre las familias y los abogados, estrechar lazos, hacerse promesas, y sobre todo estar más unidos luego de una experiencia como esta, en donde fue necesario echar mano no sólo de todos los recursos legales, ni del apoyo de una sociedad que estuvo siempre al pendiente del caso, sino del pilar fundamental e indestructible que sostiene a todo ser humano, como es la familia.