Gran expectación han generado en redes sociales unas imágenes del interior del Tanque Elevado de Villahermosa ubicado sobre la avenida Paseo Usumacinta.
Para sorpresa de muchos, el interior se encuentra vacío, aunque lamentablemente en malas condiciones, sobre todo por la basura que permanece.
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Las fotografías circularon en redes sociales y se puede apreciar lodo y una gran cantidad de residuos sólidos, aunque ya no hay agua potable almacenada como en los primeros años de operación.
Decenas de comentarios no se hicieron esperar, en donde la mayoría muestra su decepción por la inoperancia del tanque, que en años anteriores sirvió para abastecer de agua esa zona de la capital tabasqueña.
A pesar de ello, el tanque elevado sigue siendo uno de los iconos urbanos de Villahermosa, simboliza la fauna tropical y el árbol madre de la tierra, la gran Ceiba.
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La construcción es un gran referente para la capital del estado, fue edificado junto a otros tanques distribuidos a lo ancho de la ciudad, en el gobierno de Leandro Rovirosa Wade que abarcó los años 1977- 1982, y su objetivo era asegurar el abastecimiento de agua para la ciudad. Actualmente, la vida útil de esta edificación ha concluido, sin embargo, ha sido reutilizado como lienzo para el arte tabasqueño.
Fue en 2009 cuando las obras artísticas realizadas al tanque concluyeron. Este proyecto estuvo a cargo de un grupo de artistas chontales originarios de la comunidad “La Ceiba” de la zona indígena de Villa Tamulté de las Sabanas, encabezados por el artista Eliazar Hernández Arias.
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El enorme mural está valuado en dos millones de pesos y recibe el nombre de “La Ceiba”. Fue inaugurada el 16 de diciembre por el ex edil Evaristo Hernández Cruz.
A la obra se le aplicó un anti-graffiti para protegerla de cualquier daño o acto vandálico potencial. La obra, según palabras de los artistas, representa la cosmogonía que tenía la ceiba dentro de las antiguas culturas mesoamericanas asentadas en Tabasco ligadas a la madre naturaleza