A unque en lo que va del año la Secretaría de Finanzas no reconoce subejercicios en las distintas dependencias, es un hecho que debido a la pandemia por el Covid-19 se han realizado una serie de reajustes debido a los más de 2 mil millones de pesos que la federación recortó al estado como consecuencia de la emergencia sanitaria.
A esto se suma el grave problema de desempleo, que aunque hasta el momento es de un 6.5 por ciento, sigue manteniendo a la entidad en el primer lugar de desocupación, como ha sido la constante en los últimos 6 años. Todo ello, sumado a las pérdidas económicas derivadas por el cierre masivo de negocios y la falta de apoyo de los tres niveles de gobierno forman en la actualidad el rostro de la pobreza en Tabasco.
Por ello, resulta evidente que cada día un mayor número de personas emigren a la informalidad o que tengan la necesidad de efectuar ventas a través de las llamadas redes sociales, fenómeno que afecta por igual a todas las clases sociales.
Los últimos resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo arrojan que en el primer trimestre de 2020, Tabasco llegó al 5.3 por ciento de desocupación dentro de su población económicamente activa, lo que representa un 2.3 por ciento menos en su tasa de desempleo, en comparación con el mismo periodo de 2019, aunque todavía es el primer lugar de las 32 entidades en desocupación.
Aunado a ello, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) dio a conocer este año que el 53.6 por ciento de la población de Tabasco es pobre.
Esto se desprende del estudio del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social Coneval 2020 en donde que precisa que durante los últimos 10 años, la situación ha estado estancada.
Así, el 53 por ciento de la población de Tabasco que es superior a los 2 millones 200 mil habitantes, permanece en pobreza; sin embargo el número de habitantes, creció un 11 por ciento respecto al 2008, es decir 132 mil más personas en situación de pobreza.
Cabe señalar que son dos los aspectos principales que sufren los tabasqueños, como es el acceso a los servicios básicos de la vivienda, que creció de 34.5 a 46.8 por ciento de personas que carecen de este servicio, y en el caso de acceso a la alimentación pasó de 34.5 por ciento a 46.8 por ciento.
Eso sin olvidar otros factores que han mostrado cierta mejoría como el rezago educativo que del 21.5 por ciento disminuyó al 16.5 por ciento, el de acceso a la seguridad social, que pasó de 77.6 por ciento al 69.1 por ciento; el de los servicios de salud, muestra importante mejor de 25.6 por ciento a 12.6 por cientoy el de calidad y espacio de la vivienda, también hubo una pequeña mejora de 17.4 por ciento a 12.3 por ciento Cabe señalar que recientemente el titular de la Secretaría de Finanzas, Said Mena Oropeza, aseguró que el principal objetivo de esta administración es crear las condiciones necesarias para que Tabasco goce de finanzas públicas sanas y estabilidad financiera sólida, que permitan la inversión pública y ser atractivo para que lleguen más y mejores inversiones privadas.
Sin embargo, reconoció que debido a la actual emergencia sanitaria provocada por la llegada del Covid-19, se replanteó el presupuesto del Gobierno del Estado, sobre todo para darle al sector salud los recursos necesarios para atender la pandemia, así como a la seguridad, por lo que ninguno de los dos rubros sufrió recortes en sus presupuestos para su operación.
El funcionario precisó que se replantearon los recursos a otras dependencias para tener diversos ahorros, como viáticos, papelerías, energía eléctrica, entre otros y hacer frente a la emergencia.
Cabe señalar que este recorte de la federación al estado ascendió a más de 2 mil millones de pesos como consecuencia de la emergencia sanitaria por Covid-19, recursos que fueron reorientados para atender la emergencia sanitaria que se vive en todo el país.
No obstante, de acuerdo al funcionario la deuda pública del Estado hasta finales del mes de junio, es de siete mil millones de pesos y en los siguientes meses, serán pagados alrededor de 800 millones de pesos más para irla disminuyendo cada vez más.
Esto a pesar de que desde el inicio de la administración, el Gobierno Estatal trabaja con un déficit presupuestal de alrededor de cinco mil millones de pesos, por lo que ha sido indispensable hacer ajustes para trabajar con los recursos que se tienen.
Los últimos subejercicios reconocidos por la administración estatal se dieron a principios del año pasado, donde se reportó un subejercicio de mil 598 millones 497 mil 162 pesos en el primer trimestre de 2019.
De acuerdo al informe de la Secretaría de Finanzas, el mayor subejercicio estuvo en el Poder Ejecutivo y fue de mil 534 millones 920 mil 681 pesos. Mientras que en el Legislativo fue de 388 mil 585 pesos, y en el Judicial de 938 mil 628 pesos.
En ese lapso la dependencia que más subejercicio registró fue la Secretaría de Educación con 756 millones 368 mil 753 pesos. Le siguió Finanzas, con 54 millones 149 mil 199 pesos; Salud, con 23 millones 674 mil 399 pesos y Turismo, con 16 millones 229 mil 763 pesos.
También aparecieron con subejercicio la Secretaría de Administración e Innovación Gubernamental, con 11 millones 341 mil 310 pesos; Gubernatura, con 10 millones 78 mil 796 pesos y Cultura, con 9 millones 350 mil 785 pesos. Otras secretarías que reportaron subejercicios por debajo de los 7 millones de pesos fueron Movilidad; Gobierno; de la Función Pública; Bienestar, Sustentabilidad y Cambio Climático; Sedafop; SOTOP; Asuntos Jurídicos; Sedener; Seguridad y Protección Ciudadana; y la Sedec.
En el caso del desempleo, este fenómeno se sigue complicando a raíz de la pandemia por Coronavirus, con los cierres temporales de los centros de trabajo para evitar contagios, y las malas estrategias de las autoridades locales para el manejo de la pandemia.
De este modo, mientras que a nivel nacional al mes de junio la desocupación fue del 4.2 por ciento, en la entidad esta cifra supera los 6 puntos porcentuales.
Ejemplos de este fenómeno se pueden ver no sólo en las bolsas de trabajo, sino en los cruceros de las principales avenidas, donde personas desempleadas buscan afanosamente la forma de conseguir ingresos.