A un mes de que inició la pesadilla en el Hospital Regional de Zona Villahermosa, la muerte de ocho derechohabientes (según PEMEX) por el suministro de heparina sódica contaminada, continúa impune.
Aún cuando hay denuncias interpuestas ante la Fiscalía General de la República (FGR), el deceso de los pacientes con hemodiálisis no ha sido aclarado ni mucho menos se ha castigado a los responsables.
Esto, a pesar de que en su momento el propio presidente de la república Andrés Manuel López Obrador afirmó que se realizaría una exhaustiva investigación a la empresa que distribuyó el medicamento.
Sin embargo, todo parece indicar que la negligencia cometida en el nosocomio quedó en el olvido, mientras los familiares de las víctimas siguen clamando justicia.