En el país de los eufemismos, la pandemia no se llama pandemia, se llama 'contingencia', lo cual quiere decir todo y a la vez nada. La cuarentena es un término eufemístico, también: muchos coinciden en que esto sólo se trata de un encierro. Obligado o no, por causas reales o hasta imaginarias. Y si no, basta darse una vuelta por el ciberespacio, en la Babel que son las redes sociales. Y si después de leer todo lo que ahí circula, tampoco es de creerse el surrealismo de esta historia, sólo basta asomarse a la calle y comprobar que el tabasqueño se niega a quedarse en casa. Leamos las razones de algunos de los que sí acatan, aunque sea a fuerza.
Letty López dice: "Pues que padre los que están en Cuarentena. Lo que daría por estar en casa con mi familia y disfrutar cada segundo con ellos; no entiendo a la gente que pone que estan aburridos, cuando en casa ni tiempo da de aburrirse, porque estamos en tiempos muy difíciles... es tiempo de orar en casa por las personas enfermas, que Dios tenga misericordia de ellos. Aprovechen ese tiempo, yo no puedo porque tengo que ir a trabajar, mi esposo también, tenemos que salir. No nos queda de otra".
Otros comentarios tienen que ver más con el carácter práctico de la emergencia. Jorge Reyes se queja: "Lo que ya no soporto es el escándalo de los vendedores: pasan 5 camiones del gas, 3 voceadores de periódico, 3 compradores de fierro viejo, 3 repartidores de agua, y como 25 vendedores de tortillas. Y eso (sólo) en un lapso de 7 de la mañana a las 12".
Milka Ávalos, de Villahermosa, le ve el lado amable: "A mí me agrada, pues nos ha servido para arreglar cosas en la casa, pintar, limpiar más y sobre todo el estar más tiempo con mi familia. Lo disfruto mucho, al igual que tomar tiempo para agarrar ese libro que ya casi estaba empolvado y terminar de leerlo".
Otros comentarios de las redes son como botellas conteniendo mensajes, lanzados por náufragos al mar digital. Lirio Reyes sólo escribe: "Locura, ansiedad, desesperación".
Ivonne Burelo, tabasqueña que trabaja en Tamaulipas: "No hay encierro. Hay que trabajar, las maquiladoras no están cerrando y a la vez está bien, pues nos afectaría mucho a la economía de los que vivimos al día y estamos lejos de la familia para darles una mejor calidad de vida... Están tomando medidas preventivas pero siento que no sirven, pues nos juntamos en el area de producción. Sólo nos queda encomendarnos a Dios".
Parece que hasta ahora nadie lo ha hecho, pero si contáramos las palabras más recurrentes, entre ellas, seguro estaría "Dios".
La fotógrafa y artista Ruby Segura comparte sus actividades con sus hijas. "Juegan con un libro de sopa de letras que las ayuda mucho a mejorar su capacidad de retentiva, hacen manualidades, bocetos, y cuidan de las plantas de la terraza, junto conmigo".
Son dos pequeñas muy talentosas. Su mamá comparte fotos y algunas de sus habilidades para el dibujo. Y habla sobre las muchas horas que pasan confinadas en el hogar: "Juegan juntas. Comen juntas. Duermen juntas. Ven tele juntas... se bañan juntas... ¡parecen gemelas!"