El campo en Tabasco: otro de los fracasos de la 4T

A pesar de que con el llamado “Sembrando Vida”, programa insigne de la Cuarta Transformación, el gobierno federal y el estatal le apostaron a una recuperación del campo tabasqueño, hasta el momento no se ha logrado sacar del atraso que por décadas mantienen los sistemas de producción en el sector agropecuario.

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Desde la producción de carne y leche, hasta la caída en productos insignia del campo tabasqueño como el plátano y el cacao, la situación del campo tabasqueño no ha mejorado en los últimos dos años. Fenómenos como la contaminación, la intensa actividad petrolera, la sequía, las inundaciones, las plagas y hasta los efectos del llamado cambio climático, han generado una serie de estragos en la superficie de plantación local.

Eso sin olvidar que en Tabasco, 16 de cada 100 empleados depende de la agricultura, la ganadería, la silvicultura, la caza y la pesca, actividades que para muchos sectores ya no son redituables hoy en día. Como resultado de esto, la entidad no es autosuficiente para producir los granos básicos o insumos necesarios como la carne y la leche, para lo cual tiene que depender de la producción de otros estados.

Aunado a ello, muchos esfuerzos por fortalecer la producción regional han quedado en el tintero, como es el caso del proyecto de la Cuenca Lechera del Sureste. Por si esto fuera poco, la operación y funcionamiento de las cooperativas hundieron más al campo local, ya que prácticamente desaparecieron La Unión Ganadera Regional de Tabasco, Oleaginosas del Sureste, Ultralácteos, así como los ingenios azucareros que hoy están en manos de extranjeros.

Programas institucionales no están favoreciendo al campo local: CNC

Al respecto, el dirigente estatal de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Carlos Hernández Reyes, consideró que a esto hay que sumarle los efectos negativos provocados por la pandemia del Covid-19 y las dos pasadas inundaciones.

No obstante, dijo que es un hecho que los programas institucionales no están favoreciendo al campo local, ya que ha habido una disminución mucho muy importante de la parte gubernamental para el campo, y esto indudablemente tiene un impacto negativo para las actividades del sector agroalimentario.

Indicó que a esta problemática, se le deben agregar los períodos de estiaje muy prolongados que se tienen en la entidad, y los que se avizoran para este año. Para colmo, los incentivos gubernamentales que tenía el campo ya no los tiene, por lo que además de no poder acceder a maquinaria agrícola, por el momento no existen incentivos para fertilizantes e insumos para cultivos tradicionales tan importantes como es el maíz, por el nivel de autoconsumo que se tienen en Tabasco.

Sader ha abandonado al campo tabasqueño: Granier Calles

Por su parte, el diputado local Fabián Granier Calles, opinó que el campo tabasqueño ha sido abandonado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader). Consideró que sería importante que el titular de la dependencia conozca las malas condiciones en las que se encuentra el campo tabasqueño en todos sus sectores.

La producción cayó en 60% y se perdió autosuficiencia

Cabe señalar que desde hace más de dos décadas el campo tabasqueño, además de haber disminuido su producción en casi un 60 por ciento, ha perdido su autosuficiencia, al grado de que en la actualidad, tan sólo en el caso de los granos básicos como el maíz, frijiol y arroz, se tiene que importar del 70 al 80 por ciento de lo que se consume para poder abastecer la demanda local.

Así, la gran época de bonanza que vivió el campo local en la década de los 80 y parte de los 90, en los últimos años se ha convertido en esfuerzos aislados, con algunos sectores como el platanero, que ha seguido exportando a varios mercados de Estados Unidos, Europa y Asia. Tan sólo en el 2020, la producción de leche de vaca disminuyó un 2.1 por ciento, de acuerdo con el Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP). Esto al pasar de 75 mil 494 litros a 73 mil 843 litros.

No obstante, respecto a la producción de carne en canal, se tuvo un incremento del 2.3 por ciento al pasar de 7 mil 992 toneladas a 8 mil 214. Asimismo, la producción de carne de puerco también aumentó, de mil 125 toneladas a mil 152; mientras que la de aves prácticamente se mantuvo en mil 867 toneladas.

De acuerdo a una revisión a las estadísticas del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), Tabasco tiene actualmente un déficit en su producción agroalimentaria del 80 por ciento, ya que lo que se produce no alcanza para abastecer el mercado interno.

Esto a pesar de que Tabasco es un estado rico tanto en tierra como en agua, y aun así en materia de granos como el maíz también hay un déficit, ya que sólo producen 129 mil 607 toneladas de las 320 mil que consume la población del estado, estimada en 2 millones 400 mil personas. Por su parte, Lisandro Osorio Jiménez, dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) en el estado de Tabasco señaló que es difícil cuantificar las afectaciones en la producción agrícola y ganadera del estado.

Sin embargo, comentó que la crisis del campo aún sigue vigente, ya que no solo han sido las afectaciones por las anegaciones, sino que aún se mantiene la crisis por la pandemia del Covid-19, aunado a que los gobiernos federal y local han dado poco apoyo. Cabe señalar que actualmente, sólo es un ocho por ciento lo que queda de selva en Tabasco, luego que la entidad era un selva en un 80 por ciento hasta la década de los ’50.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el sector primario, que en 1970 representaba el 19.5% del PIB de Tabasco, redujo su importancia en la economía local a tan sólo el 3.8 por ciento en 1980, mientras que el secundario aumentó su relevancia del 39.2 por ciento al 83.4 por ciento en el mismo período.

Para el 2020, han predominado en la economía estatal las actividades del sector terciario, es decir, las del comercio y los servicios. Su aportación al PIB estatal es de 72.7 por ciento, mientras que las correspondientes al sector secundario relacionadas con la industria en sus diferentes modalidades es de 25.7 por ciento y las relativas al sector primario, principalmente actividades agrícolas, ganaderas y silvícolas, representan 8 mil 796 millones de pesos, que significan el 1.7 del PIB estatal y el 1.5 del PIB nacional, esto de acuerdo a la Sader.

Por su parte, la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Forestal y Pesquero (Sedafop) reconoce que el 2021 fue un año difícil por la pandemia, pero en ese año destinó 252 millones de pesos para programas de apoyo a la producción e infraestructura de actividades del sector, recursos que aún son insuficientes para sacar de la crisis a un campo local que se niega a morir.