Duro golpe represento la tormenta tropical “Cristóbal “a la industria apícola yucateca

De acuerdo con el representante de la asociación “Mayacab”, Rolando Canché Pool, las abejas murieron, en perjuicio de cientos de apicultores del oriente de Yucatán

Tulio Puc de la O Castillo | El Heraldo de Tabasco

  · lunes 8 de junio de 2020

Foto: Ilustrativa

Mérida, Yucatán. - Al menos el 50 por ciento de las colmenas se perdieron a causa de las lluvias que dejó la tormenta tropical “Cristóbal” en la entidad, que duraron casi una semana, lo que representa un golpe para la industria apícola yucateca.

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De acuerdo con el representante de la asociación “Mayacab”, Rolando Canché Pool, las abejas murieron, en perjuicio de cientos de apicultores del oriente de Yucatán.

En esta ciudad hay dos empresas exportadoras de miel y cada una capta de 2 mil a 3 mil 500 toneladas al año, según el clima, ya que cuando llueve oportunamente hay buena floración y la cosecha aumenta, pero a veces no llueve y la producción disminuye considerablemente.

El apicultor destacó que la cosecha de miel no fue buena esta vez, ya pasó la floración de la enredadera, el tajonal y el dzidzilché, pero queda la multiflora, entre ellos el tzalam, chechén, chacá y otros, pero la situación se complicó porque la mayoría de los apiarios quedó bajo el agua y las abejas se murieron.

Cuando las cajas o colmenas están en sitios bajos, quedan en peligro en caso de inundación.

En esta ocasión, nadie imaginó que las lluvias en los primeros días de junio duraran tanto y fueran extraordinarias, así que las pérdidas son millonarias, lo que complica la situación económica de los apicultores.

Los apicultores ya tenían problemas por la pandemia de Covid-19, pues no hay actividad en los centros de acopio y no pueden vender lo que poco que tienen en bodega.

Calculó que, en el Oriente, que incluye a Valladolid, Chemax, Chichimilá, Tekom Tixcacalcupul, Temozon, Uayma, Tinum, Chankom y otros municipios, se perdieron unas 15 mil colmenas, es decir, el 50 por ciento de las cajas de la región, calculadas en 30 mil, de modo que la situación es grave.

Con las pocas colmenas que quedaron, los exportadores podrían comprar unas 850 toneladas del dulce cada uno, para enviar a Europa esta temporada que aún no acaba. Muchas flores también se perdieron por los vientos y por el exceso de agua, de modo que también en ese rubro no hay muchas esperanzas.

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