Aún en medio de la pandemia por el Covid-19, los profesionales de la lente han tenido que reinventarse para poder subsistir a los confinamientos que han mermado su actividad y sus ingresos en más de un 80 por ciento.
Esta situación afectó a quienes se dedican a la fotografía tanto en forma independiente como a quienes laboran en estudios fotográficos, que permanecieron cerrados varios meses al no ser considerados negocios esenciales.
Sin embargo, con la temporada de graduaciones, cierre de cursos y proceso de inscripción al próximo ciclo escolar se ha visto una ligera recuperación, aunque sin llegar a los niveles de actividad que se tenían antes de la emergencia sanitaria.
Tal es el caso de Marcos Potenciano Narváez, quien está al frente de un foto estudio que le heredó su padre, en donde además de ofrecer sus servicios para diferentes tipos de eventos, se ha hecho popular por la gran colección que posee de cámaras fotográficas, que datan algunas de más de 40 años.
“Desde hace 32 años me dedico a la fotografía, aquí en el mismo lugar; el negocio lo abrió mi papá hace más de 40 años y me quedé al frente”, expresa.
Potenciano Narváez se inició en el mundo de la fotografía desde los 12 años, un tanto por necesidad más que por pasión hacia la fotografía.
“En ese entonces no tenía ni idea ni sentimientos hacia la fotografía, solamente me inicié porque tenía acceso a las cámaras; fue a partir de los 15 años que ya me dediqué a trabajar formalmente”, comenta.
Cerca de un centenar de cámaras forman parte de su colección, en donde se pueden apreciar desde los viejos aparatos que trabajaban con rollos hasta los digitales.
“En sí no llevo la cuenta, pero son muchas de las que hemos usado a lo largo del tiempo, aunque también nos han hecho contribuciones algunas personas que se enteran que tenemos una colección y nos la traen”, manifiesta.
La gran mayoría de estas cámaras son equipos que se han usado en décadas y se pueden apreciar marcas como Rollei 35 T, Focus Free,Canon,Ricoh y Zenit, entre otras.
Asimismo, en su estudio repleto de lentes, tripiés, reflectores y telefotos, entre otros accesorios, se observan muestras de su trabajo como profesional de la fotografía, actividad que en los últimos meses ha venido a menos por la pandemia.
“Nosotros estuvimos cerramos más de 4 meses, y aún estamos atrasados en pagos por esas cuestiones”, indica mientras atiende a un cliente que le solicita unas fotografías para diplomas, las cuales tienen un costo de 80 pesos.
Sin embargo, estas últimas semanas ha tenido un poco más de actividad que espera que se mantenga: “Es la temporada de graduaciones, la clientela nos sigue favoreciendo, pero si sigue avanzando esto, creo que sí nos vuelve a afectar”.
Agrega que este tipo de negocios respetan al pie de la letra las recomendaciones de la Secretaría de Salud en cuanto a su operatividad.
“Estamos a lo que diga el gobierno, en nuestro caso abrimos de lunes a viernes de 8 a 6 horas y los sábados mediodía”, concluye el profesional de la lente que ya no ve las horas de que termine esta pandemia para que se normalice su actividad.