Con la llegada de las intensas lluvias desde hace una semana, no todo es afectación para los tabasqueños, dado que pueden conseguir un platillo tradicional a bajo costo. Se trata del famoso pescado “topén”, que se comercializa hasta en 50 pesos el kilogramo en varios locales del mercado público José María Pino Suárez, e inclusive en los tianguis situados en las inmediaciones.

La captura de este pez se propicia con el aumento de los ríos, por lo que en diversos puntos de la entidad pescadores se dan la tarea de recolectarlos.

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Se trata de un pescado que es disfrutado en la gastronomía de la entidad, y aunque la mayor parte del año permanece oculto en hierbas acuáticas, logra capturarse principalmente en los meses de septiembre, octubre y noviembre, cuando aumentan las precipitaciones en el estado.

Este pez es conocido por su alta capacidad de adaptarse al medio ambiente, además de tolerar los cambios bruscos de temperatura.

Normalmente, su desplazamiento coincide con el aumento del nivel del río debido a las lluvias o desbordamientos en la región.

Cada año, estos ejemplares salen de los pantanos de Tabasco y Campeche para desovar en el río Palizada.

Muchas personas aprovechan esta oportunidad para capturarlas y beneficiarse de la venta de sus huevos, los cuales se cotizan entre 100 y 120 pesos por kilogramo.

El topén tiene un tamaño promedio de alrededor de 15 centímetros. El precio de la topota puede variar, y los compradores adquieren cantidades que van desde 20 hasta 50 pesos.

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Además, estos peces son transportados a mercados de otros estados como Veracruz, Puebla, el Distrito Federal, Campeche, Yucatán, Quintana Roo, donde son bastante apreciados.

Un manjar temporal

De acuerdo al cronista e historiador yokot'an de Centla, Plácido Santana, el topén, cuyo nombre científico es Belonesox belizanus, es una pequeña sardina que sale de las campaerías tabasqueñas, y es muy esperada por los pueblos chontales de Tabasco, en donde lo conocen como Chëk ni´ o Cho´ok buch´.

El cronista señala que de acuerdo a los ancianos pescadores chontales de Centla y Tamulté de las Sabanas, antiguamente pescar el topen era todo un ritual, pues este manjar que sale con la creciente, se atrapaba con canastos tejidos de bejuco y mimbre, que previamente sahumaban; en lengua yokot´an pedían permiso al yumjá (dueño del agua), para atraparlo y de esta manera, fuera el alimento sustentable de nuestro pueblo.

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Cuentan que estaba rotundamente prohibido pescar con redes o atraparlo en exceso, pues cuidaban a toda costa el equilibrio ecológico, ya que sabían que el topen también era alimento de aves como garzas y patos, peces como el pejelagarto, el sábalo o robalo, y mamíferos como mapaches o perros de aguas.

Algunas veces cuando las crecientes inundaban los pueblos chontales, el topen se introducía a las casas y los niños chontales, con pequeños canastos o cubetas los atrapaban para cocinarlos envueltos con hojas de momo y plátano con su respectivo chile mashito, o bien, fritos.

De esta manera, el topen era como una bendición que traían las inundaciones año con año, pues los pueblos indígenas sabían que si las cosechas se perdían con la inundación, el agua se los recompensaba con topenes, tortugas y peces.

Con información del sitio De Tabasco Soy