I
La señora va rumbo al hospital Rovirosa. El acompañante del chofer, se dirige al mercado La Sierra. El chofer del taxi accede a llevar a un tercer pasajero, (quien esto escribe), pero su principal duda es si el decreto anunciado por el gobernador en la víspera aplica para todo el transporte público en general o si tiene algunas excepciones. Hay confusión, pero tendrá oportunidad de averiguarlo muy pronto, cuando se nos interponga uno de los 11 retenes sanitarios que las autoridades han colocado en diversos puntos de los accesos a la ciudad de Villahermosa, Tabasco.
Más adelante, una enorme fila de autos que avanzan a vuelta de rueda frena el recorrido del taxi. Entonces la molestia se inaugura en forma de resoplidos, y la desesperación por llegar al destino, se vuelve generalizada. Pese a los cubrebocas, a bordo todos se quejan; el señor a un lado del conductor especula y despotrica contra el responsable de un hipotético accidente. La señora asegura llegará tarde al Rovirosa, donde tiene a un familiar enfermo.
—De Covid?
—No, gracias a Dios no es Covid —responde. Y aprovecha para referir sus temores a cerca de la seguridad del hospital.
"Cada día hay más personas contagiadas, a mi familiar ya lo cambiaron de ubicación, pero cada vez que vamos (a visitarlo) vemos a más y más gente enferma de coronavirus. No sé a dónde va a parara esto", señala.
Apenas pasando la Majahua, casi llegando al retorno, se divisa el retén de la SSPC. El taxista toma fotos y alerta a sus compañeros por vía de un mensaje de audio de Whats App. El acompañante, de cubrebocas azul, ahora cambia su discurso y despotrica en contra del gobierno.
—¡Esos no saben hacer estas cosas, coño! ¡Ese gobernador no sirve, ya lo vamos a cambiar! ¡Si hasta él está infectado! —exclama, malhumorado.
De inmediato, un oficial de la Policía Estatal se acerca a la ventanilla del taxi y se dirige al chofer.
—Por favor, tiene que bajar a uno de sus pasajeros, porque excede el cupo permitido, —advierte.
Entonces, todo mundo se queda en silencio, y yo obedezco, y desciendo del vehículo.
II
El calor es tan potente que hasta el teléfono celular lanza una advertencia: "Este dispositivo se apagará para salvaguardar su integridad". Lo que no me queda claro es si se refiere a mi integridad, o a la del aparato.
Son las 10:39 horas en este punto de revisión instalado para regular la entrada y salida de vehículos del servicio público y particular, inspeccionando que cumplan con las medidas de prevención del Covid-19.
A 48 horas de la declaratoria de la Fase 3 y a casi 24 horas de la promulgación del decreto del gobernador, en el que se señalan con carácter de obligatorias las disposiciones, muchos ciudadanos se resisten a aplicarlas, pero son literalmente bajados del transporte o regresados en el retorno.
La fila de vehículos alcanza ya los 3 kilómetros y el enojo y la desesperación de choferes y automovilistas, es todavía más larga.
Un empleado de la Secretaría de Movilidad es enfático en sus instrucciones. O le gusta mucho su trabajo, o disfruta repartiendo órdenes. Va de un carril al otro, sorteando entre los vehículos que avanzan con lentitud obligada. El funcionario público, vestido con pantalón de mezclilla, gorra, y un chaleco beige con las siglas S.C.T. bordadas en la espalda se acerca a un auto particular en el que viaja una familia completa.
—Por instrucciones del señor gobernador, reina...
—Mire, acaba de fallecer una hermana... tenemos esa necesidad de ir a ver... —dice la mujer pausadamente, a través de su cubrebocas. Tiene una botella de gel en la mano izquierda y a su lado viaja un menor de edad.
—Ahorita es un decreto del gobernador... —vuelve a decir el empleado de movilidad, impasible. Luego se aleja y busca algún otro potencial infractor para invitarlo a apegarse a la normativa.
III
El Heraldo de Tabasco transmite desde el retén sanitario a través de Facebook Live, y los comentarios en pantalla no se hacen esperar. Las opiniones se dividen. Y eso que las autoridades aún no revelan el dato del día: que la cifra de decesos por Covid-19 aumentó a 60 casos, y que el número de personas infectadas asciende a 510. Curiosamente, el boletín que circulará más tarde, salido de los cuarteles de la Unidad de Información del Poder Ejecutivo local, resalta una óptica exageradamente optimista en su titular: "El 44 por ciento de casos positivos de COVID-19 en Tabasco se han recuperado: Salud".
En tanto, los comentarios en la red:
"El que haya fallecido un familiar no es justificante (para) que vayan todos, solo uno a dar el pésame y en ese carro va hasta un niño".
"Así como buscan cervezas, busquen cubre bocas pensaban esto era juego y les valía ahora si todos buscan cubreboca..."
"¿Cómo quieren que lleven cubrebocas? La gente que está guardada en su casa. Si en las farmacias no hay, debe el gobierno dar cubrebocas para la gente que vaya en transporte y no lleve, dárselos”.
"Si esta tomando medidas es porque tiene material para la población no puede ser que emita un decreto sin tener insumos para resguardar la población”.
"De todo culpan al gobierno. Valoren su vida y la de su familia yo no voy a esperar a que el gobierno vaya casa por casa regalando cubrebocas”.
"Eso lo hubieran hecho desde un principio no que ya ahora que están los números en rojo están implementando esto como dice el dicho después del niño ahogado pozo tapado”.
El calor avanza y el retén sigue con su labor.
—¿Se contempla algún tipo de sanción para quien no acate las disposiciones? —se le pregunta al empleado de Movilidad.
—Hoy es una manera informativa, ahorita se les está advirtiendo, mañana habrá sanciones.