Con un crecimiento anual de un 12.38 por ciento entre enero y mayo de este año, la violación en mujeres sigue siendo uno de los delitos más preocupantes para la sociedad tabasqueña.
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Únicamente en mayo se dieron más de 31 casos siendo el segundo mes de mayo que se alcanza esa cifra, por lo que se trata de un delito creciente que podría explicar el repunte en feminicidios que ha registrado el estado.
En la visión de algunos grupos de activistas, destaca además el hecho de que es evidente la falta de atención al tema por parte de las autoridades encargadas de la procuración e impartición y justicia.
De este modo, aunque todos los sectores de la sociedad incluidas la iglesia y asociaciones religiosas reprueban este delito, no se le da un seguimiento puntual a los casos ni se presta la ayuda adecuada a las que tienen la desgracia de haber sido víctimas de este delito.
“Hablar de violación en las mujeres es hablar también de un sistema patriarcal que arropa y acompaña a los hombres que violan, ya sea en Tabasco o en México es un sujeto universal en este sistema patriarcal, estamos hablando de un androcentrismo que tiene como medida de todas las cosas a los hombres”, opinó Natividad Pérez Olán presidenta y representante legal de Lunas A.C. al referirse a este tema.
Recordó que las mujeres son la mayor parte de la población con un 51 por ciento, sin embargo la medida de todas las cosas en este sistema son los hombres.
Asimismo, consideró que el impulso que hace que algunos hombres violen no es nunca un deseo sexual. “Para nada, en la violación algo se quiere decir, el hombre que viola lo que quiere es moralizar a las mujeres, no lo ve la sociedad como un criminal, sino como un moralizador de mujeres, manda mensaje de que a ver tú, mujer te saliste del estándar social permitido y yo como hombre sujeto universal te voy a volver a moralizar para que vuelvas a estar en la misma sintonía social”, apuntó.
Indicó que con esto el violador le dice a las mujeres que son sus víctimas que son imperfectas moralmente y que deben ser violadas para estar sometidas a un orden patriarcal dominante por los hombres.
Tras insistir en que la violación no es por atracción sexual, sino por moralizar a las mujeres, manifestó que es un mandato de masculinidad que muchos hombres consideran a través de su fuerza ejercer ese poder y control a través de los cuerpos de las mujeres de las que se consideran dueños absolutos.
Por ello, estimó que es importante que la sociedad pueda entender que se tiene que cambiar esta construcción social de mujeres y hombres donde los hombres son autoridad y poder.
Asimismo, dijo que con este delito el cuerpo de las mujeres es profanado por los hombres que violan para apropiarse de ellos. Además, el violador casi nunca actúa solo, actúa siempre en compañía o ayuda de un amigo o familiar, porque los hombres utilizan su aparato sexual como un arma agresora.
La activista hizo una invitación tanto a hombres como mujeres para tener una formación y educación en igualdad, sin diferencias para construir en paz y armonía una sociedad igualitaria.