En este quinto domingo de tiempo ordinario, el Evangelio convoca a los cristianos a prestar ayuda al prójimo más necesitado, dejar por un momento nuestros quehaceres para brindar atención y apoyo al hermano.
A propósito de la lectura de la "Pesca Milagrosa", Monseñor, Gerardo de Jesús Rojas López, hizo hincapié en la necesidad de personas que ayudaran a los apóstoles a sacar del agua las redes repletas de pescado.
"Era tal la cantidad de pescado que las redes casi se rompían, se rasgaban. Entonces, hicieron señas a los compañeros que estaban en otra barca para que vinieran a ayudarlos", enunció.
Eso -dijo- es muy importante. El joven hace señas cuando necesita ayuda, los matrimonios hacen señas porque necesitan ayuda, al igual que el alcohólico y el pobre, por eso la importancia de acudir y poder ayudar.
Confió pues que la Iglesia sepa hacer señas y las vea, que vaya a ayudar y servir como lo pide el Señor. "Que nos dé la gracia y generosidad para poder servir y salvar esas almas que él quiere que lo hagamos", concluyó.
El Evangelio nos acerca a un momento de la vida de Jesús. Está hablando de Dios a la gente, cerca del lago. El gentío es grande y pide a Pedro que le deje subir a su barca para hablar desde ahí. Cuando termina, le invita a remar mar adentro para echar las redes.
Ahí se produce la confusión. Ya habían estado toda la noche trabajando y no habían pescado nada. Pero en su nombre vuelven a echar las redes y se produce el milagro.