Hasta este momento, continúan las tareas de control de fuga de gas, tras la explosión de un conducto que se ordeñaban presuntamente mediante una toma clandestina; el lugar operaba como bodega y estacionamiento de vehículos de carga, cuando en realidad se almacenaba el gas y se realizaba la venta de este.
La zona que irónicamente se ubica en un medio kilómetro de la subsede de la Fiscalía General de la República que aparentemente desconocía las actividades ilícitas que en el lugar se realizaban.
La flama, mantiene un peso de las tareas que realizan en conjunto personal especializado de Pemex y Protección civil.
La zona que se mantiene resguardada por personal del ejército mexicano y como medidas de prevención sigue habilitado el carril contrario en doble sentido por un tramo de 800 metros. El flujo vehicular para la intercepción esta pesado.