Al quedarse sin un ingreso fijo, algunas personas optaron por establecer un puesto informal, algunos de venta de comida y otros en la distribución de mercancía de todo tipo.
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Es común ver ahora puestos improvisados, una muestra que el comercio informal ha expandido sus espacios poco a poco, aprovechando la falta de regulación por parte de las instancias municipales.
Todo a consecuencia del cierre de negocios o a recortes de personal derivado de la baja actividad que ha dejado la pandemia por Covid-19 que ajustó recientemente un año.
Además de los corredores de las calles José María Pino Suárez y Hermanos Bastar Zozaya, en el centro de la ciudad, otros sitios donde se ha detonado más el ambulantaje en la ciudad de Villahermosa son la zona de Plaza Cristal y Ciudad Deportiva.
Eso sin olvidar zonas como el fraccionamiento Nueva Imagen, en donde desde hace meses han proliferado puntos de venta de comida e incluso bisutería y regalos.
Esto debido a que ni siquiera se cuenta con un padrón de ambulantes en el municipio de Centro, aunque antes de iniciarse la emergencia sanitaria se tenían datos de entre mil 500 a 2 mil ambulantes sólo en la capital del estado.
Durante un recorrido por estas zonas, se constató que a pesar de su interés que tienen en obtener algunos ingresos, también es baja la actividad de estos puestos ambulantes.
No obstante, permanecen con la esperanza de que los transeúntes al ver cerrados muchos de los locales a los que acuden, opten por comprarles a ellos.
Cabe señalar que de acuerdo con la Cámara Nacional de Comercio de Villahermosa, el ambulantaje se disparó en un 60 por ciento a raíz de la pandemia por Covid-19.
Sin embargo, no sólo se traduce esto en la colocación de puestos ambulantes, sino en una gran cantidad de servicios que se anuncian a través de las redes sociales, que se ha convertido también en una herramienta para quienes venden diferentes productos.