Miles de historias son las que se tejen alrededor de los cobros de afectaciones, gente que sólo llega con 20 pesos en la bolsa, otros sin desayunar y unos de plano con el pasaje de ida, con la esperanza de que aparezca en el sistema y puedan cobrar los apoyos de inundaciones en las distintas sedes en que se realizan los pagos.
Una de las 200 mil personas que fueron censadas, Josefa “N”, proveniente de la ranchería Lagartera, ella llegó alrededor de las 11 de la mañana, ya cuando la fila tenía 5 kilómetros de longitud.
Ella comenta: “la verdad no sé a qué horas voy a salir, ya vengo preparada, traigo un poquito de comida, la verdad no se a qué hora voy a irme, aquí traigo mi credencial de elector creo que vale la pena venir porque lo necesitamos, vamos a ver quién me viene a rescatar”.
Afectada por las inundaciones primero en octubre y luego en noviembre comenta que uno de los temores es que no le paguen: “hubo gente de la comunidad que no llevaron nada, no les pagaron, a pesar de que fueron censados”.
ALGUNOS ACOMPAÑADOS SOLO DE LA FE
Cuestionada si tiene temor por no ser beneficiada por los apoyos comentó: “yo no tengo temor porque vengo con la sangre de Dios y el que viene con Dios no le puede pasar eso, si me lo dan bien, venimos con mucho esfuerzo, yo salí desde las cinco de la mañana, pero hoy fue muy complicado tomar el camión, por eso llegué tarde”. sostuvo.