Acompañado por su silla de ruedas y un par de muletas, Eleazar Cruz, habitante de Lázaro Cárdenas en Tacotalpa, solo observa cómo vecinos lo ayudan a limpiar su casa tras el desbordamiento del río De la Sierra el domingo pasado. "El río subió muy rápido y no pudimos hacer mucho ante la corriente".
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Eleazar, quien vive con su señora madre, ya de avanzada edad, y su hermano, que tiene una discapacidad, espera regresar pronto a casa. "Yo soy discapacitado, estoy amputado de las dos piernas, mi mamá es de la tercera edad y mi hermano es discapacitado; aquí las vecinas me están echando la mano a limpiar".
Este martes, un grupo de vecinos y vecinas se unieron para poder sacar el lodo de la casa, que por un par de días se impregnó en el domicilio. Eleazar reconoce que hay incertidumbre: "Nosotros estábamos monitoreando; el río subió rápido y afectó a varias casas, de las cuales aún se mantienen en un albergue".
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Recordó que hace cuatro años el agua subió más de dos metros, ya que el río se unió con una laguna, lo que empeoró las cosas. Don Eleazar reconoce que vivir cerca del río da temor: "Estamos siempre en la incertidumbre, que si ya va a crecer, que ya hay que alzar las cosas".
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Esta vez, la corriente alcanzó más de 50 centímetros, lo que afectó muebles, entre otras cosas. Expuso que uno de los problemas es que el río de La Sierra no se ha dragado, a pesar de que las autoridades federales anunciaron en su momento que los ríos de Tabasco fueron dragados; estos nunca fueron por la zona.
