I
Lo vi por primera vez deambulando sobre el circuito de la Ciudad Deportiva. Llamó mi atención debido a una característica que lo separaba del resto de las personas en situación de calle que, de un tiempo para acá, proliferan en los agrestes paisajes urbanos de Villahermosa: llevaba una libreta abierta entre las manos.
Lee más: Indigente que paseó en Mustang es reconocido por su familia y buscan reencontrarse con él
No parecía demasiado joven, pero tampoco es un adulto maduro. Resulta difícil determinar su edad (al menos para mí, que nunca he sido un buen fisonomista) además, a causa de su vestimenta, una playera guinda que le queda enorme. Su piel morena se vuelve más sombría debajo de las capas de suciedad. Lleva el cabello negrísimo, ralo igual que la barba, y tiene una mirada esquiva, una actitud nerviosa.
Metros más adelante, se acomoda en una banqueta. Y cual si fuera un mago, de pronto noto que entre sus manos aparece un bolígrafo. Entonces, cuando hace el ademán de escribir, es posible distinguir lo que ha garabateado en la libreta: números y más números. Alineados sobre los renglones, cadenas enteras de algoritmos que probablemente no significan nada, o posiblemente lo significan todo. Sólo él lo sabe. Escribe rápido un caracter tras otro, en perfecto orden.
Percibe mi curiosidad, y como si fuera un niño temeroso de que le copien el examen, cierra de golpe las páginas, se levanta y se va, a toda prisa.
Inevitablemente pienso en el profeta Enoc de la leyenda tabasqueña. De acuerdo a la periodista cultural Landy Aguilar, en su página web detabascosoy.com, la leyenda del profeta Enoc es muy popular no sólo en el estado, sino en otras partes del sureste, y en todas comparte características similares: en un pueblo (que puede ser Jalapa, Tepetitán, Jaguacapa y Astapa, entre otros) un día aparece un individuo con aspecto de vagabundo, que predica el Evangelio, y pese a ello es insultado y maltratado por la gente. Al final "...lanza una maldición a las personas que lo atacan, y así queda sellado el destino de la comunidad". Y es que Enoc vaticina catástrofes, enfermedades, inundaciones, terremotos... Nada que no nos haya pasado ya.
Y hablando de catástrofes, en 2022, de acuerdo a datos del Coneval, 36 de cada 100 personas en México presentaban al menos "una privación en sus derechos sociales y tenían un ingreso mensual por persona insuficiente para adquirir una canasta alimentaria, así como bienes y servicios necesarios", lo que los coloca en el concepto de indigencia, pues al no poder satisfacer sus necesidades básicas como techo y alimentación, se encuentran "por debajo de la línea de la pobreza".
II
Los OXXO's son como soles de un sistema planetario, alrededor del cual orbitan distintos cuerpos errantes, no necesariamente celestes. Hay de todo. Inmigrantes hondureños o guatemaltecos que piden una moneda por abrirte las puertas de la tienda, como trágicos ángeles guardianes, para que el cliente pueda entrar o salir cómodamente a través de las puertas del Paraíso de la conveniencia. Miembros del "Escuadrón de la Muerte", dipsómanos en fase terminal que "talonean" unas cuantas monedas que puedan financiar el consuetudinario Tonayan con refresco de toronja. Menores de edad, niños que como cruel dádiva aceptan de los clientes algo de comida, dulces o galletas. Le pregunto sobre esto a un empleado que acomoda garrafones de agua en un contenedor fuera de la tienda. Del bolsillo de su camisola roja pende un gafette, donde se lee: "Agustín".
—Ya estamos acostumbrados. Aquí es como su casa —sentencia, indiferente.
Pero no solamente están los OXXOs. También se encuentran disponibles las bancas, los puentes peatonales, los parques, y recientemente, el flamante distribuidor vial de avenida Universidad, como sitios de "descanso", edenes de cuarenta grados a la sombra que dan cobijo al sueño de "los Olvidados". El monumento a Sánchez Magallanes, mejor conocido como "La Chichona", es otro "santuario" en el que se refugian las personas sin hogar. Para constatarlo, basta circular por ahí a tempranas horas, o tarde por la noche.
En las fotografías de mi compañero Iván Sánchez quedan registrados momentos de drama y melancólica fuerza visual; un par de sujetos que duermen la mona cabeza con cabeza, al pie de la cortina cerrada de un comercio; otro más, de joven apariencia, está tirado en el hemiciclo del parque Juárez, en el corazón del Barrio Mágico, donde se lee la leyenda; "Entre los individuos, como entre las naciones..." La escena se repite, aquí y allá: dormidos bajo un árbol en los camellones, sobre las bancas, al pie de un puente peatonal, encima de sus propios deshechos y basura... cerrados los ojos contra una realidad que les subyuga. Una realidad que las autoridades, durante años, tampoco han querido ver ni atender... una realidad tan horrible que no es posible enfrentarla despiertos.
Hasta la fecha, en Tabasco no existe un censo oficial del número de personas que se encuentran en situación de calle, ni tampoco un programa o presupuesto destinado a apoyarlos. Aunque, técnicamente y según sus leyes orgánicas, tendrían que ser el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia DIF Tabasco y/o la Secretaría de Salud estatal.
De vez en cuándo, "los Olvidados", por lo general también invisibles a la opinión pública, saltan a las páginas de los medios. Tristemente, casi siempre lo hacen para engrosar las listas de la desgracia, el ocio sangriento de la nota roja, la estadística fría de las instancias de gobierno. Tabasco no es la excepción, y aquí los indigentes "virales" han puesto de cabeza las redes sociales, pero no han movido ni siquiera un centímetro el trato indiferente que les otorgan las autoridades.
Podemos recordar el caso de "El Termineitor", apodado así debido al video que el sábado 11 de septiembre de 2001 circulara mayormente por Twitter y en mensajes de grupos de WhatsApp, en donde un hombre desnudo y con el brazo izquierdo amputado casi hasta el codo, caminaba sobre la avenida Ruiz Cortines a la altura del fraccionamiento Prados de Villahermosa, después de haber sufrido el ataque de un cocodrilo mientras lavaba su ropa en la mítica (y contaminada) Laguna de las Ilusiones. "El Termineitor" recibió atención médica y posteriormente, cuando se hubo recuperado, fue devuelto a las calles. Actualmente, se ignora su paradero.
También, recientemente, el 16 de junio de este 2024, saltó a la célebre posteridad (esos 15 minutos de fama que nadie en sus cabales desearía tener) el caso de "El Aquamán tabasqueño", un adulto joven que fue captado en video nadando en las aguas del vaso Cencali, con un lagarto detrás de él para atacarlo. Milagrosamente, Jonathan 'N' salvó su vida, para luego convertirse en todo un personaje que era saludado por las calles como héroe, a pesar de haber sufrido heridas en una de sus piernas. Posteriormente fue ingresado al Hospital de Salud Mental, en donde estuvo bajo el cuidado del personal médico hasta que sus familiares, quienes lo identificaron debido al alcance del video viral, arribaron a Tabasco para llevárselo, pues no era originario del estado.
III
Volví a verlo recientemente, durante un concierto de la Banda de Música de la VII Región Militar, como parte del Festival de la Ciudad de Villahermosa.
El parque Manuel Mestre Ghigliazza se encontraba engalanado, pasadas las 19 horas, con un público nutrido y aplaudidor. De pronto, mientras los músicos interpretaban a Strauss y a Offenbach, entre otros, hizo su aparición.
Caminó entre la Banda y los asistentes, partiendo plaza, y de pronto dijo en voz alta:
"Pero ya les dije a todos que les va a pasar como en el nueve once..."
Y luego fue a sentarse, con su misteriosa libreta entre las manos, casi al final de la primera fila, como para disfrutar de la música, igual que el resto de los asistentes.
Entonces, el "Enoc" moderno se puso a trazar números sobre las hojas.
De su aparición queda un breve testimonio grabado en video, porque al ser un evento público sumamente colorido, muchos de los asistentes teníamos nuestros celulares a la mano y grabando.
Únete a nuestro canal de WhatsApp y mantente al tanto de las noticias en Tabasco y el mundo
Nadie sabe qué quiso decir con su extraña sentencia referente a una fecha marcada en el calendario mundial de la ignominia. Nadie sabe cuál es su nombre, ni de dónde viene, hasta el momento de escribir estas líneas, ni qué significan los números escritos de su puño, a los que los cabalistas y conspiranóicos podrían atribuirles decenas de significados.
Pero la orquesta siguió tocando, y él siguió escribiendo sin parar, me consta. Hasta que el espectáculo terminó y él se perdió caminando entre las calles, plenas de indigencia creciente, abandono y surrealismo, en esta ciudad de Villahermosa.
