A cinco años de su creación, el comedor comunitario "Sabor y Esperanza" de la parroquia de la Inmaculada Concepción (iglesia de la Conchita) sigue entregando comida para el cuerpo y el alma a gente necesitada.
Los fines de semana se entregan más de cien paquetes de alimentos a personas de bajo nivel económico.
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Pio Antonio Montero Ávila, encargado del comedor comentó que esto es parte de los apostolados Regnum Christi, principalmente "para el que no tiene".
Esta iniciativa -explicó- nos ha dado resultado porque además de alimentarse, las personas se siente amadas, que es aquí lo más importante.
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De esta forma se cumple el precepto de Jesucristo de amar y dar a quienes en verdad lo necesitan, aunque tampoco se le puede negar a cualquier persona que lo pida.
"No nada más es alimentar su necesidad corporal, sino su necesidad de cariño, de amor y se les ha dicho que de acuerdo a cómo se comporten es como se les va a tratar", apuntó.
Es decir que no sean agresivos porque finalmente tienen salud y la vida que es algo indispensable para el ser humano.
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Refirió que las personas pueden acudir de las 9 de la mañana en adelante a solicitar la comida. "Llegan un promedio de ochenta, pero siempre preparamos para cien por si alguien necesita y se le da", añadió.
Lamentó que por cuestiones de la pandemia de COVID-19 se tuvo que parar el comedor, pero hace un año se reinició con mayor entusiasmo.
Invitó a las empresas, familias, grupos a donar algo para poder compartir a los necesitados. Más que nada en lo que tiene que ver con la preparación de los alimentos, gente que haga la comida, así como agua y desechables.