La Enfermedad Vascular Cerebral (EVC) representa la segunda causa de muerte en México, mientras que en Tabasco, se ubica como la tercera causa de muerte, con un promedio de 500 defunciones al año, de acuerdo a datos de la Secretaría de Salud del Estado.

El Instituto de Seguridad Social del Estado de Tabasco (ISSET) busca implementar el “Código Ictus”, programa que se construye en coordinación con la Universidad de Massachusetts de Estados Unidos, el cual podría iniciar operaciones a inicios del próximo año.

Este padecimiento constituye la segunda causa de muerte en el mundo y cada año alrededor de 15 millones de personas sufren un evento cerebrovascular, por lo que es muy importante que la población esté muy pendiente de las señales de infarto y hemorragia cerebral, afirmó José Luis Sosa Hernández neurólogo clínico del Hospital Regional de Alta Especialidad “Dr. Juan Graham Casasús”.

La EVC es una alteración neurológica caracterizada por su aparición brusca, con síntomas de 24 horas o más, causando secuelas o la muerte.

“Un 60 por ciento de las personas que presentan esta enfermedad quedan con secuelas, en ocasiones causando incapacidad en los adultos”. Por ello dijo, en el Hospital Juan Graham además de brindar atención a los pacientes, se están llevando a cabo campañas de información para orientar a la población sobre cómo prevenir o modificar la evolución de este problema de salud, desde la prevención hasta el manejo de la enfermedad.

Este trastorno afecta a los vasos sanguíneos cerebrales, los cuales se dividen en dos tipos, el primero es el Infarto Cerebral conocido también como embolia cerebral, que se produce cuando hay falta de circulación de sangre, ocasionando muerte del cerebro en forma irreversible si no recibe tratamiento; mientras que el segundo es aquel que se conoce como derrame cerebral y se genera cuando se rompe un vaso sanguíneo, ocasionando salida de sangre al cerebro.

En su oportunidad, Maricela Reyes Martínez especialista en neurología clínica del nosocomio indicó, que los datos de alarma que la gente debe identificar es cuando se presenta entumecimiento, debilidad o parálisis de la cara, el brazo o la pierna, en uno o ambos lados del cuerpo y que aparece en forma repentina; aparición brusca de mareos, pérdida del equilibrio o caídas sin explicaciones; así como incapacidad repentina para comunicarse ya sea por dificultad para hablar o entender; y ocurrencia súbita de visión borrosa o reducción de la visión en uno o ambos ojos.

Sobre todo porque factores más comunes para desarrollar un EVC, es la hipertensión arterial, diabetes mellitus, tabaquismo, colesterol alto, enfermedades del corazón, arritmias, obesidad y los malos hábitos alimenticios; por ello, recomendó a la población en general, particularmente a quienes presenten alguna de estas situaciones de salud, a no suspender los medicamentos prescritos por su médico, acudir a consultar de control, temar terapias de rehabilitación, llevar una dieta saludable y realizar actividad física.

CODIGO ICTUS

El Código Ictus que estará a cargo de cinco especialistas y con el que se podrá intervenir de forma adecuada a los pacientes con infartos cerebrales y así disminuir las secuelas que dejan estos eventos, indicó el doctor Reynaldo Ramírez Chacón, jefe del servicio de Imagen del Centro Medico “Dr. Julián Manzur”, del ISSET.

“Se podrán atender a tiempo para que queden las menos secuelas posibles, estamos recibiendo total apoyo para que traigamos esa nueva tecnología y poderlo implementar en beneficio de la población derechohabiente”, explicó.

Para esto se requiere la adquisición de la sala hemodinámica y los insumos.

Los médicos cuentan con ocho horas luego que se produce el infarto cerebral para rescatar al paciente, de no hacerlo en ese tiempo y con la técnica adecuada el paciente puede fallecer o con secuelas muy graves e irreversibles.

“Con la Red de otras unidades del ISSET podremos estar esperando al paciente y atenderlo de la forma adecuada”, agregó.

En el ISSET los infartos cerebrales son muy comunes, se atienden entre uno o dos al día, en población mayor de 50 años, aunque actualmente se da en personas de 40 años.

Signos de Alarma:

Entumecimiento, debilidad o parálisis de la cara, el brazo o la pierna, en uno o ambos lados del cuerpo y que aparece en forma repentina.

Ocurrencia súbita de visión borrosa o reducción de la visión en uno o ambos ojos.

Aparición brusca de mareos, pérdida del equilibrio o caídas sin explicaciones.

Incapacidad repentina para comunicarse ya sea por dificultad para hablar o entender.

Aparición súbita de dolor de cabeza, de gran intensidad y sin causa conocida.