A tres días de que el gobernador Adán Augusto López Hernández decretó medidas para reducir la movilidad, la gente sigue abarrotando los comercios, sin el menor temor a contagiarse de Covid-19.
A pesar de que se redujo al 50 por ciento el aforo a las tiendas, decenas de personas buscan realizar sus compras a toda costa, incluso aguardando su turno formados en filas por largo tiempo.
La gente está vuelta loca adquiriendo artículos a diestra y siniestra una vez que muchos recibieron sus aguinaldos y otras prestaciones de fin de año, privilegiando todo menos su salud.
Y más aún están abarrotando los negocios dado que los establecimientos considerados no esenciales deberán cerrar a más tardar a las 5 de la tarde, según lo establece el decreto donde se plasman las nuevas medidas sanitarias ante un posible rebrote de Covid-19.
Son tantas las personas que andan comprando o de paseo que prácticamente se chocan entre sí al salir de las tiendas, por lo que no sería nada extraño que siga incrementando el número de contagios.
Familias enteras obstruyen el tráfico al caminar por las calles con bolsas repletas de compras y los regalos para la Navidad, unos con cubrebocas y otros sin él, mientras hay quienes se paran para saborear un helado o se sientan a hablar por teléfono en las bancas.