Cacao: ícono de la cultura tabasqueña

El estado es conocido a nivel internacional por la producción de este fruto y sus derivados

Raquel May Olán

  · domingo 7 de julio de 2019

El productor destacó las grandezas de la cultura tabasqueña en el cultivo, tratado y fabricación del cacao y sus derivados. /Javier Chávez

“De la zona de la Chontalpa, de esas cocinas de leña de humo con comales y olor a cacao recién tostado, ahí, ahí se hace ese chocolate que es difundido en Europa” expresó, Florencio Sanchez, coordinador de agroturismo en un consorcio chocolatero, al destacar las grandezas de la cultura tabasqueña en el cultivo, tratado y fabricación de este producto, por el que Tabasco es conocido en escenarios internacionales.

Con amor, pasión y orgullo por las raíces de la cultura indígena, maya, chontal, en cada una de sus palabras, continuó “Para hacer un chocolate, o un pozol, las semillas se tienen que lavar, quitarle la capita blanca, ponerlo a secar al sol por cinco días, después tostarlo, quitarle la cascara y molerlo, al molerlo ya tienes una pasta y un chocolate real que le puedes agregar azúcar, canela, nuez, cacahuate, almendra, flores, hierbas, lo que quieras, pero está hecho para tomar con agua, porque nuestros ancestros la tomaban con agua, la leche viene de las vacas y las vacas las traen los españoles”.

Florencio comenzó su investigación e indagatoria sobre la historia, bondades, cultivos y procesos del cacao desde hace 24 años, en 1995 cuando fungió como Director de la Casa de la Cultura del municipio de Comalcalco, Tabasco, y desde entonces –dijo- se enamoró del mundo que encierra la gastronomía de los ancestros chontales y mayas a base de cacao y maíz; y señaló, que hay aspectos que aún se conservan en las comunidades indígenas.

Florencio Sánchez resaltó las propiedades únicas del cacao tabasqueño.

“El campesino que trabaja, pero que se alimenta de ese cacao tostado molido con maíz molido, pozol, lleva su Bush, en su bolsa lleva su pelotita de pozol llega la hora de la bebida, 11 del día, saca su agüita, echa la pelotita de pozol, le hecha agua y bate, hora de la batida, y a beber, el agua lo hidrata, el maíz lo alimenta y le llena el estómago, y el cacao le da energía para seguir trabajando”, acotó.

Derivado de su trabajo de indagación a la cultura maya, adquirió los conocimientos necesarios para fungir actualmente como coordinador de agroturismo de un consorcio chocolatero, destacándose por el montaje de escenografías que han dado la vuelta al mundo gracias a la riqueza de elementos vivos y representativos de Tabasco, de su cocina, y en especial del chocolate.

Se tiene que expresar con elementos vivos cual es nuestra cultura del cacao y el chocolate, mazorcas, comales, jícaras, cacao tostado, cacao lavado, y fui haciendo recreaciones más completas hasta armar una casa del campesino, una hacienda con trajes y creo dominar ese concepto en el montaje de escenografías en la cultura del cacao y el chocolate

dijo.

A lo que continuó: Pocos tabasqueños sabemos que de la zona de la Chontalpa, de esas cocinas de leña de humo, ahí se hace ese chocolate que de ahí se difunde a Europa, no valoramos eso ni a ese fruto maravilloso que tenemos aquí, cacao criollo almendra blanca, actualmente muy cotizados en los mercados chocolateros sobre todo en los europeos que valoran nuestro cacao por las variedades y cualidades, como su sabor afrutado, aroma suave y exquisito.

El pozol con cacao es uno de los productos tradicionales del estado.

Finalmente, resaltó las propiedades únicas del cacao tabasqueño, basadas en sabor afrutado y olores penetrantes, que luego de un proceso resultan en un chocolate que es degustado en continentes europeos, donde –dijo- es muy cotizado.