En nuestros recorridos por los panteones hemos podido captar una gran cantidad de historias, tanto de personas vivas cómo de aquellos que ya nos han abandonado, sin embargo, el protagonista de hoy es Boby, un perrito que es considerado “el guardián del panteón central de Villahermosa”
Muchas han sido las historias en esta temporada de Días de Muertos, desde apariciones en los panteones o casas abandonadas, hasta relatos de personas que han tenido encuentros con el más allá.
Si algo caracteriza estas épocas de tradición, son las peculiares historias que día a día, salen a la luz para ser conocidas y quedar en la memoria de los tabasqueños para poder contarlas de generación en generación.
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Hoy nos encontramos a las afueras del famoso mercado de las flores localizado en las afueras del panteón central, donde muchos vendedores de flores y familias han acudido en los últimos días para visitar a sus seres queridos que ya no están con ellos en este mundo.
Entre muchas personas y flores que desbordaban su peculiar color y olor, se distinguía una pequeña cola peluda que se movía en vaivén de alegría al ver a muchas personas en el lugar.
“Boby” le nombraron los floristas del lugar a un pequeño perro de color blanco que deambula todos los días entre las flores de colores, yendo de esquina a esquina y mostrando felicidad a todo el que lo acaricie.
No se sabe de donde llegó o quien era su dueño, algunos comerciantes nos cuentan que una noche de lluvia llegó a refugiarse entre alguna de las flores que se encontraban colocadas en la parte de afuera de una tienda donde uno de los dueños salió a darle comida, agua y asilo para que se quedara a dormir.
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Desde entonces, “Boby” ayuda a los vendedores de flores a cuidar el lugar, ya que en las noches hace largos recorridos en la zona para vigilar las tiendas, como una total gratitud a las personas que lo ayudaron.
Enrique González dueño de una de las tiendas del lugar, nos cuenta que una noche que llovía muy fuerte, vió que de una de las entradas del panteón central una figura blanca se movía a la lejanía, mientras más se acercaba iba agarrando forma hasta ver salir a un pequeño canino que se dirigió directamente a su tienda.
“Yo ya había escuchado tiempo atrás a un perro aullar todas las noches dentro del panteón, pero solo pensé que era un perro más de los que se meten al recinto para agarrar lugar y refugio, pero todas las noches, los aullidos se escuchaban con mayor frecuencia, a tal punto que a todos nuestros compañeros nos empezó a preocupar tal situación, fui a preguntarle a uno de los panteoneros de la zona, y me dijo que un perro se mantenía dia y noche afuera de un mausoleo antiguo, que no podía ser el perro del dueño, ya que esa tumba era una de tantas que se encontraban desde 1887” mencionó.
Enrique menciona que se le hizo muy raro que un perro aullara día y noche en una tumba antigua que no conocía o pertenecía a un tiempo ya muy atrás pero luego de que el mismo perro llegara a su negocio, él sintió la necesidad de ayudarlo.
“No creo en historias de terror o cosas así, pues siempre he trabajado cerca de los panteones y jamás me ha sucedido nada, pero ahora que pasó esto, hace que me ponga a reflexionar sobre algunas cosas, pues siempre hay la posibilidad de que algo cotidiano, sea extraordinario” indicó.
En tanto “Boby” vive tranquilo y feliz entre todas las flores, ya que cada comerciante lo alimenta cuando este visita sus tiendas, además de que siempre es amable y dócil con todo el que llega a comprar moviendo su cola para mostrar su felicidad a las demás personas.
“Lo han intentado adoptar muchas personas cuando llegan a comprar, sin embargo cuando se lo llevan , llora y intenta regresar al mercado de las flores y al panteón, pues el es feliz estando en estos lugares, ayudando tanto a los vivos como a los muertos”