Balnearios, desiertos por el virus

La emergencia sanitaria por el coronavirus dejó sin actividad a balnearios y centros recreativos de la ciudad de Villahermosa y de otros municipios, que a estas alturas de la Semana Mayor recibían a cientos de visitantes. Las familias tabasqueñas que acudían a estos centros de esparcimiento, ante la imposibilidad de trasladarse a las playas, permanecieron en sus viviendas debido a la cuarentena que se mantiene desde hace dos semanas, con la intención de evitar la propagación del Covid-19

José Guadalupe Pérez | El Heraldo de Tabasco

  · lunes 13 de abril de 2020

Para no quedarse con las ganas de un "chapuzón" en esta temporada, personas compraron albercas inflables para instalarlas en sus hogares. Foto: Carlos Pérez

La emergencia sanitaria por el coronavirus o Covid-19 dejó sin actividad a balnearios y centros recreativos de la ciudad de Villahermosa y de otros municipios, que a estas alturas de la Semana Mayor recibían a cientos de visitantes.

Tal es el caso del centro recreativo Los Delfines, ubicado en el municipio de Nacajuca, que permaneció cerrado este domingo.

Miles de tabasqueños que acudían a estos centros de esparcimiento familiar, ante la imposibilidad de trasladarse a las playas, permanecieron en sus casas debido a la cuarentena por el Covid-19, que se mantiene desde hace dos semanas.

El balneario los Delfines, ubicado en la comunidad de El Cedro Nacajuca, junto con otros como El Gordo y San Pancho, son de los lugares preferidos por los villahermosinos en estos días de la Semana Mayor.

Sin embargo, en esta ocasión ni un alma se paró por esos sitios como se observó en un recorrido que realizó esta casa editorial este domingo al mediodía, cuando era común ver repletas las albercas y los toboganes, no sólo en Semana Santa sino en días de intenso calor como ha sido este fin de semana.

Para no quedarse con las ganas de que los más pequeños se echaran un “chapuzón”, algunas personas optaron por comprar albercas inflables y trasladarlas a sus domicilios, en donde las instalaron luego de llenarlas con agua.

De esta forma, las albercadas con gran cantidad de personas luciendo trajes de baño y bronceadores, se transformaron en pequeños chapoteaderos ubicados en las casas de las familias que por la cuarentena se quedaron sin la posibilidad de ir a la playa o a los balnearios estos días de asueto.