Ante la falta de apoyos, los integrantes del albergue “Carlos Pellicer Cámara” tienen que salir a las calles una semana al mes para obtener recursos que permitan a 30 jóvenes sobrevivir y seguir con sus estudios. Los semáforos se han convertido en escenarios donde bailan para recolectar ayuda que les permita costear sus gastos.
Ana Isabel “N” encargada del albergue comentó: “En la presente administración no hemos tenido ningún apoyo, esta casa del estudiante se encuentra en el fraccionamiento Lagunas y recibe jóvenes de escasos recursos de distintos municipios, y en estos meses de pandemia, muchos se han visto obligados a dejar la escuela”.
Detalló que en el albergue se les apoya: “Se dan las condiciones para que sigan estudiando, se les apoya con comida, es por eso que hacemos la colecta pública pidiendo el apoyo a la ciudadanía, ninguna dependencia, nos ha ayudado, necesitamos pagar agua, luz y, sobre todo. la comida de los jóvenes. Ahora hay 30 jóvenes y 6 maestros de tiempo completo”.
La entrevistada señaló que en el albergue los jóvenes reciben enseñanza de danza, poesía, deporte, además se les enseña que deben de contribuir apoyando a más jóvenes”.
Ana Isabel “N” hizo el llamado a las autoridades: “Pedimos al gobierno federal, estatal, y municipal de que no deje de lado a los jóvenes, muchos han dejado de estudiar, y el albergue ayuda lo mas que puede a que no dejen sus estudios, universitarios, secundaria y preparatoria”.
Los jóvenes acuden una semana al mes y así poder recolectar una ayuda que les permita costear gastos. En su estancia en los semáforos, los estudiantes ejecutan diversos bailes de los que han aprendido en su estancia en el albergue.
El reportero gráfico de esta casa editorial captó cómo un grupo de jovencitas con sus faldas largas, ejecutaba una danza folclórica, mientras un muchacho con un bote en mano, se dirigía a las ventanillas de los autos, del lado del conductor, para los que quisieran apoyarlos con unas monedas.
Otro jovencito de camisa negra y pantalón gris también ejecutaba un bailable, acompañado de otra adolescentes. El asombro de los automovilistas no se hacía esperar, la presencia de los bailarines hacía menos tediosa la espera del cambio de luz en los semáforos.