En medio del crecimiento desordenado de la mancha urbana, aún existen en Villahermosa canales a cielo abierto o “arroyos” que aunque debieran servir para captar aguas pluviales, son un foco de infección que reciben aguas negras sin control.
Estos drenes atraviesan diversas colonias de la capital tabasqueña Villahermosa, como la Primero de Mayo, El espejo, Atasta, Gil y Sáenz (mejor conocida como El Águila) y fraccionamiento Multi 80, por mencionar algunos, dejando a su paso una estela de contaminación al ambiente.
Durante la administración municipal de Gerardo Gaudiano Rovirosa se entubó uno de los más conocidos, el arroyo “El Chinín”, a petición de los vecinos quienes se quejaban de que en las temporadas de lluvias desbordaba y el agua anegaba las viviendas.
Además, de que representaba un verdadero foco de infección donde proliferaban mosquitos y roedores atraídos por la basura que mucha gente inconsciente depositaba en el dren.
En su momento, Hugo Ireta, integrante de la Asociación Ecológica Santo Tomás, refirió que hace varios sexenios se permitió la construcción en zonas bajas donde hubo que rellenar los terrenos para construir y se le fue quitando espacios a estos caudales naturales que servían para desalojar el agua de lluvias.
Para el especialista en temas ambientales, Antonio del Ángel Flores, más que entubarlos lo que hay que hacer con estos canales que todavía sobreviven es sanearlos y que las autoridades municipales tomen medidas para evitar la descarga de aguas negras en ellos.
Darles mantenimiento y conservarlos en buen estado para que capten el agua de las precipitaciones pluviales, sobre todo cuando se presentan precipitaciones extraordinarias que ocasionan anegaciones o encharcamientos en la ciudad.
El punto es que el municipio se compone de zonas bajas que se fueron rellenando, lagunas que se comunicaban con arroyos o escurrimientos naturales que con la infraestructura urbana se fueron ahogando o reduciendo
Añadió que el problema con entubar estos drenes es que cuando se registran lluvias intensas estos suelen taponarse porque no tienen la capacidad de escurrimiento y entonces sobrevienen otro tipo de problemas.
Del Ángel Flores, indicó que al estar operando a cielo abierto estos canales representan un serio riesgo a la salud, sobre todo porque vienen arrastrando aguas negras debido a que muchas familias asentadas en los alrededores se les hace muy cómodo utilizarlos para descargas de sus drenajes.
“Falta que la autoridad ponga mano dura y sancione a quienes incurran en esa práctica, aunque muchas veces es un acto de inconciencia de los vecinos”, expresó.