A dos años de que la Secretaría de Marina (Semar) iniciara el dragado de los ríos de Tabasco, por fin obtuvo la autorización por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para la realización del proyecto. Los trabajos fueron arrancados bajo la figura de Autorización Provisional, algo inexistente en la legislación ambiental, pero que el presidente Andrés Manuel López Obrador creó mediante decreto de fecha 22 de noviembre del año 2021.
Las autorizaciones publicadas en la gaceta ecológica corresponden a los dragados en los tramos del río El Espino desde su inicio en la ranchería del mismo nombre hasta su descarga en el dren Victoria, en el municipio de Nacajuca; y del río Pastal, desde su inicio en la confluencia con los ríos El Mango-San Cipriano hasta su descarga en el dren Victoria, también en el municipio de Nacajuca.
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En los documentos se lee que las solicitudes de autorización ambiental fueron presentadas por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) el 7 de diciembre del 2021, en el caso del río el Espino, y para el caso del río Pastal, la dependencia solicitó el 18 de octubre de 2022 a la Semarnat la autorización provisional del proyecto, ya que el mismo se ajustaba a lo señalado en el decreto publicado el 22 de noviembre de 2021 en el Diario Oficial de la Federación, en relación a los proyectos y obras del Gobierno de México considerados de interés público y seguridad nacional.
La Semarnat no tuvo objeción alguna, recordándole a la promovente que debería obtener la autorización definitiva para el proyecto en un plazo no mayor a doce meses. Es decir, que podía empezar a trabajar en la obra, y un año después obtener el permiso para el mismo.
Mientras la Semar arrancaba los trabajos desde agosto del 2021, la Semarnat evaluaba los posibles impactos que tendría la obra que tenía en papel, y fue hasta 5 de junio del 2023 que resolvió de forma positiva en el caso de río el Espino, aunque de manera condicionada, señalando a la Conagua que deberá reducir al mínimo los efectos negativos sobre el ambiente y llevar a cabo un programa de reforestación en la zona.
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Este primer resolutivo se emite 19 meses después de presentarse a evaluación, y a 22 meses de que la Semar arrancó con los dragados de los ríos por donde escrurren las aguas de las presas del Alto Grijalva.
Por su parte, el resolutivo correspondiente al río Pastal fue emitido el 14 de junio del 2023, 19 meses después de presentarse el proyecto para la evaluación de sus efectos contraproducentes al medio ambiente donde se desarrollaría la obra, y 22 meses después que la Semar lleva trabajando en la obra. Al igual que el anterior, este fue resuelto en sentido positivo, aunque de manera condicionada.
Una perversión: ambientalista
La Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente señala en su artículo 28 que las obras hidráulicas, entre ellas las obras de dragado de cuerpos de agua nacionales requerirán previamente la autorización en materia de impacto ambiental de la Semarnat, con el fin de evitar o reducir al mínimo sus efectos negativos sobre el medio ambiente.
Sin embargo, bajo un decreto presidencial, que ya fue invalidado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el propio gobierno federal a través de la Conagua permitió que se modifican los cauces de los ríos de la cuenca del río Grijalva mientras la Semarnat evaluaba los impactos de la obra, por considerar que el proyecto promovido por el presidente Andrés Manuel López Obrador, era de interés público y seguridad nacional.
A todas luces “una perversión”, lo califica el ambientalista José Manuel Arias Rodríguez, de la organización Santo Tomás, ya que esto solo representa una simulación en la que la Semarnat hace como que evalúa los posibles daños al ambiente que la obra puede causar, mientras que la obra ya está en proceso, lo que contraviene la actual legislación mexicana y vulnera el estado de derecho en nombre de la seguridad de los tabasqueños.
Muy pronto sabremos los reales impactos que la obra tendrá, asegura el biólogo egresado de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), pero los responsables ya se habrán ido a “La Chingada”, en alusión al rancho que el primer mandatario tiene en el estado vecino de Chiapas.