Por ser los más vulnerables al Coronavirus, las personas de la tercera edad, trabajadores de la función pública o de la iniciativa privada, son objeto de beneficios por parte de sus patrones para no poner en riesgo su salud.
Sin embargo, hay muchos otros, dedicados a la "industria de la mendicidad", que no gozan de tales privilegios, sino que, por el contrario, son explotados y sometidos a amplias jornadas laborales pidiendo dinero en calles y banquetas de la ciudad.
Hasta ahora no hay ninguna autoridad que se haga cargo de brindar protección en materia sanitaria a estas personas que están expuestas al virus por el diario contacto que tienen con quienes se apiadan de ellos y les regalan una moneda.
Aunque algunos no se llevan a juego la situación y en las medidas de sus posibilidades acatan las recomendaciones y medidas preventivas haciendo uso de cubrebocas.
Lo mismo se les puede ver en banquetas de los mercados públicos que en puentes peatonales del Centro de Villahermosa.
Ahí se quejan de que nadie voltea a verlos, nadie se acuerda de ellos a pesar de que sin parte de un sector que necesita el apoyo de las autoridades porque están atravesando una etapa en la que si bien si pueden trabajar, no saben en qué momento van a contraer la enfermedad.