De ser necesario, el gobierno de Tabasco contrataría un crédito a corto plazo para poder cumplir con el pago de prestaciones de fin de año a la base trabajadora.
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Así lo adelantó el secretario de Finanzas en la entidad Luis Romero Gurría, quien aclaró que dicho empréstito no sería a largo plazo, a como las anteriores deudas que ha contraído la administración estatal, y se contratará sólo en caso de que sea necesario.
“Estamos previendo todas las cosas para cerrar en tiempo y forma el año”, dijo el funcionario estatal, al tiempo de afirmar que la entidad tiene finanzas sanas, y los recursos asignados a los 17 municipios se están entregando sin ningún retraso.
Señaló que en coordinación con la Secretaría de Administración e Innovación Gubernamental (SAIG), se está trabajando en el aumento salarial que exigen los trabajadores; comentó además que en este momento hay liquidez en las finanzas estatales para hacer frente a esta situación.
Deuda pública de Tabasco es de 6 mil 215.6 millones de pesos
De acuerdo al reporte trimestral del Instituto Belisario Domínguez sobre la deuda de las entidades federativas y los municipios, hasta el mes de marzo del presente año la deuda pública de Tabasco asciende a 6 mil 215.6 millones de pesos, lo que significa que a cada tabasqueño le corresponden 2 mil 560. 3 pesos de ese pasivo.
Dicho informe detalla que al primer trimestre de 2022, la deuda estatal se redujo en un 8.6 por ciento en comparación con el mismo trimestre de 2021; y respecto al trimestre anterior, disminuyó en un 14 por ciento.
Del total del endeudamiento, el 90.3 por ciento corresponde al gobierno estatal y sus entes públicos, mientras que el resto a los municipios y sus entes públicos.
En el mismo reporte se indica que el estado obtuvo el financiamiento en un 98 por ciento a través de la banca múltiple, y el resto con la banca de desarrollo. Su fuente de pago son las participaciones federales en un 68 por ciento; la deuda a corto plazo quirografaria en un 31.2 por ciento; y por ingresos propios en un 0.7 por ciento.
El instituto considera la perspectiva crediticia de la entidad como estable, ya que hay sostenibilidad en la deuda, capacidad de pago y disponibilidad financiera para hacer frente a las obligaciones a corto plazo.