Hace 51 años, don Agustín Izquierdo Gómez y Herlinda Pérez Hernández, decidieron unir su vida en matrimonio; nunca se imaginaron que 5 décadas después estarían celebrando sus bodas de oro, aunque debido a la emergencia sanitaria por Covid-19, les fue imposible hacer un festejo a lo grande, como ellos hubieran querido.
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Sin embargo, desde entonces han recibido infinidad de muestras de afecto por parte de sus familiares y amigos cercanos, además de miembros de la comunidad católica en la que participan.
"Nuestra boda de hace 50 años fue sencilla, como eran las bodas de antes, sin más invitados que los familiares de los novios", recuerdan en la actualidad, cuando están por ajustar 52 años el próximo 30 de agosto.
A lo largo de esos años han pasado momentos difíciles, pero también bonitos que les ha permitido consolidar una familia. Tres hijos, todos ellos profesionistas y emprendedores, así como 5 nietos, es el principal legado que ellos han dejado.
Para celebrar sus bodas de oro tenían planeado en el 2020 una reunión con todos sus amigos e integrantes de la comunidad de Gran Poder, con sede en la ranchería Emiliano Zapata, Centro, y que pertenece a la parroquia de Bosques de Saloya. Sin embargo, como el festejo cayó justo en plena emergencia sanitaria, cuando las restricciones en la movilidad y reuniones eran casi de manera total, esto no pudo ser posible.
Aun así, en compañía de sus hijos y nietos, adornaron su casa para la reunión familiar; también dieron gracias a Dios a través de una misa especial.
En esta ocasión para ellos las fiestas de San Valentín, el 14 de Febrero, debido al semáforo epidemiológico que permanece en color amarillo, tampoco significará una gran celebración, pero no pierden la esperanza de que cuando esto termine puedan celebrar en forma.
"Lo principal de todo es dar gracias a Dios y permanecer unidos como familia, nunca olvidando la oración que es la única forma de perseverar y resolver todos los problemas", agregan.