Guardias de seguridad que custodian el acceso al fraccionamiento Prados de Villahermosa fueron agredidos por dos sujetos que viajaban a bordo de una camioneta particular, quienes exigían que les abrieran el paso. La agresión fue repelida por los vigilantes con gas lacrimógeno.
La agresión quedó grabada en un video de 1 minuto y 28 segundos de duración, que fue captado por una cámara de vigilancia instalada en la caseta, en donde se aprecia el momento en el que llegan los sujetos a bordo de su “troca” y la pluma se levanta.
En ese momento, los dos individuos, que parecieran estar en estado de ebriedad, descienden de la unidad y atacan los guardias; uno de ellos camina al interior del fraccionamiento, y es seguido por el copiloto, de complexión robusta, que lo insulta y persigue para agredirlo.
En tanto el conductor de la unidad, con palabras altisonantes se dirige al custodio que queda en el interior de la caseta, quien se encierra en el lugar; en eso, el hombre robusto regresa a reforzar la agresión de su compañero. Se escuchan gritos e insultos.
Después de algunos segundos, los dos agresores salen de la caseta y mientras uno se dirige al guardia en el interiro, el otro arremete al parecer contra una cámara de vigilancia que es arrancada de la pared. En ese momento sale el vigilante de la cabina y repele la agresión con gas lacrimógeno, primero en contra del conductor, haciendo blanco en su rostro y quien todavía se regresa a pretender golpearlo, pero recibe otra dosis del químico.
Su compañero, al intentar auxiliarlo corre la misma suerte; se frota los ojos mientras que el conductor le pide que se suba a la unidad. Todavía, el copiloto se regresa a golpear los cristales de la caseta.
Asciende a la unidad casi “a ciegas” por efecto del gas, arrancan la camioneta y se van, no sin antes recibir otra rociada de gas a manos del custodio.
UN CONFLICTO AÑEJO
Cabe mencionar que en el mes de enero estalló el conflicto en la zona por la decisión de los habitantes de Prados de Villahermosa de instalar casetas de vigilancia para impedir el acceso al fraccionamiento a quienes no sean residentes, despertando la inconformidad de habitantes de colonias aledañas como La Petrolera y Bonanza Premium, ya que además de todo, retienen identificaciones y ocasionan tráfico vehicular, violentando sus derechos.
La zona, además de servir para desahogar el tráfico de la avenida Ruiz Cortines, conecta con clínicas, escuelas y oficinas de la Sagarpa y la CFE. La disputa data de 2017, y aunque el ayuntamiento de Centro ordenó demoler las casetas de vigilancia pero sin embargo, dichas acciones no se llevaron a cabo.
La intención de cerrar la zona, a decir de los habitantes de Prados, era que la zona recuperara plusvalía, además de cuestiones de seguridad; sin embargo, no tomaron en cuenta a los demás afectados por esa decisión, y de ahí el conflicto.
Esta situación propició varias manifestaciones en contra de la iniciativa; incluso, la diputada Ena Margarita Bolio intervino al llamar a las autoridades competentes a intervenir en el conflicto sobre el libre tránsito que implica al Fraccionamiento Prados de Villahermosa, a las colonias Heriberto Kehoe y sus alrededores, a fin de garantizar la convivencia armónica entre vecindades, privilegiando en todo momento el diálogo de las partes involucradas.
Y a pesar de que se había llegado a un acuerdo para terminar con el conflicto y permitir el libre acceso a la zona, sólo fue respetado por los habitantes de Prados de Villahermosa por dos días, y la restricción de acceso volvió.
